La técnica, que ya se emplea en la Argentina, fue presentada ayer durante una conferencia de prensa realizada en el Instituto Médico Halitus, de Buenos Aires, en la que el doctor Semprini, profesor de ginecología de la Universidad de Milán y consultor honorario del Chelsea and Westminster Hospital de Londres, anunció el nacimiento de ‘500 bebés sanos sobre 600 parejas tratadas con esta técnica, en siete centros de reproducción europeos desde 1987 hasta la fecha’. En nuestro país, especialistas del mencionado instituto y de la Fundación de Asistencia e Información en VIH/Sida (Faivih/S) trataron conjuntamente dos parejas serodiscordantes; una de ellas recibió hace pocos días los resultados de laboratorio confirmando el embarazo. El método consiste en aislar los espermatozoides del virus del HIV para luego implantarlos en el útero de la mujer por medio de diferentes técnicas de fertilización asistida, que se eligen según el caso. En laboratorio se toma una muestra de semen y se separan sus componentes (plasma seminal, leucocitos, espermatozoides) hasta obtener su porción más pesada: los espermatozoides. El fluido se coloca en un tubo de ensayo con líquidos de diferente densidad, que actúan como filtro y permiten la separación del esperma. Esta sustancia biológica se somete a un proceso de centrifugado por el que se obtienen definitivamente los espermatozoides, que luego se colocan en un medio de cultivo limpio para someterlos a un lavado. El último paso es dejar que los espermatozoides con movilidad (los aptos para la fertilización asistida) suban a la superficie del líquido del tubo de ensayo. Finalmente, se transfieren a la mujer. Hijos sanos Muerte, discriminación, problemas laborales, miedo a no poder tener hijos. Tales son algunos de los temores que despierta en los pacientes el diagnóstico positivo de HIV. ‘Desde fines de los años 80 empleamos el método de lavado de semen para que los varones portadores puedan quitarse el estigma de la imposibilidad de tener descendencia. El método baja extremadamente la carga viral. Llegamos a los 500 nacimientos realizando 3000 procedimientos de lavado y fertilización asistida, la mayoría de inseminación intrauterina (que es la técnica de menor complejidad). En todos los casos tanto la madre como el bebe permanecieron sanos. Es decir, no se observaron seroconversiones’, explicó Semprini. El doctor Sergio Pasqualini, director médico de Halitus, afirmó que ‘este método es una puerta a la esperanza de muchas parejas que desean tener un hijo y que acuden a los consultorios de infectología. Pero es necesario resaltar que esta técnica revolucionaria sólo es aconsejable en pacientes cuya condición clínica, inmunológica y virológica sea estable y cumplan con los tratamientos antirretrovirales para poder estar bien de salud y cuidar a su hijo’. Técnicas más seguras En los últimos años, al tiempo que crecieron los contagios, la expectativa de vida de los pacientes que conviven con HIV aumentó gracias al empleo de nuevas drogas. ‘Hoy se estima que los pacientes pueden vivir 20 años luego de ser diagnosticados. ¿Por qué negarles la posibilidad de tener hijos?’, dijo el especialista italiano. Y agregó: ‘Muchas parejas han intentado tener un bebe sin los cuidados indispensables. En Europa, las estadísticas son alarmantes: las parejas discordantes (con alguno de sus integrantes infectados) que usan regularmente el preservativo cuando mantienen relaciones sexuales no llegan al 50%’. Un documento de Faivih/S indica que ‘desde 1994 se viene perfeccionando el uso de drogas y de cesáreas programadas para evitar la transmisión madre-hijo cuando la mujer está infectada. Hoy, el contagio es menor al 2%. Con relación al hombre infectado el único método exitoso es el de lavado de semen’. Según Pasqualini, ‘la técnica debe ser realizada por especialistas. Además, no es necesario que la mujer tome medicación adicional. Una vez que se realiza el riguroso estudio de presencia viral, y se implantan los espermatozoides, el embarazo cursa como cualquier otro’. Por Valeria Shapira De la Redacción de La Nación Entre la discriminación y el dilema ético En 1992, la revista The Lancet publicó un trabajo en el que el doctor Augusto Semprini reportaba los primeros diez nacimientos de bebes seronegativos a partir del método de lavado de semen. Un año más tarde, la misma revista incluyó un artículo en el que otros expertos se referían al método como ‘creador de falsas expectativas’. Por su parte, Human Reproduction (una de las publicaciones más importantes en el área de reproducción) advirtió sobre los aspectos éticos y publicó, también en 1993, un trabajo en el que aconsejaba, refiriéndose a la inseminación intrauterina en mujeres no portadoras con parejas seropositivas, ‘no realizar intervenciones médicas en personas sanas’. Los dilemas éticos también fueron planteados por la American Society for Reproductive Medicine, en 1994. La institución recomendó considerar en las parejas discordantes ‘las opciones de inseminación con esperma de banco, la adopción o la alternativa de no tener hijos’. En su editorial del British Medical Journal de marzo de este año Semprini argumenta que ‘una mujer seronegativa tiene un riesgo de 2,5% de tener un bebe con malformaciones congénitas, que se incrementa cuatro veces si padece diabetes insulinodependiente y diez veces si sufre una enfermedad cardíaca congénita. Luego de los 40 años, las probabilidades de dar a luz un bebe con síndrome de Down ascienden al 1%’. Según el especialista, ‘estos riesgos son mayores que los esperables de la inseminación de semen sometido a lavado y, sin embargo, no son motivo de discriminación a la hora de decidir un embarazo’. Los infectólogos Horacio Jáuregui Rueda y Alejandra Monticelli, directores de la Fundación de Asistencia e Información sobre VIH/Sida, que junto con el doctor Sergio Pasqualini integran un equipo multidisciplinario en el que también se abordan aspectos psicológicos,’el aumento de la expectativa de vida de los pacientes con HIV muestra que no se les puede negar a estas personas la posibilidad de cumplir su deseo de tener un hijo’. |