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  • LOGRÓ QUEDAR EMBARAZADA CON UN EMBRIÓN CONGELADO HACE 10 AÑOS


    En 1996 obtuvo varios embriones en una clínica de fertilización. Con uno de ellos nació su primer hijo y a los otros los congeló. Hace 3 meses le hicieron un nuevo implante y ahora está embarazada de nuevo.

    “Me tomo esta segunda maternidad con más calma. Aunque estoy más cauta esta vez”, contó Tamar Braustein. La mujer tiene 47 años y consiguió quedar embarazada a partir del implante de un preembrión congelado hace 10 años en la Argentina.
    En marzo de l997 vio nacer a su primer hijo. Antes de tenerlo, con su marido había decidido congelar a cuatro preembriones que no usaron. Ahora, optaron por utilizar esos preembriones y esperan, entonces, un bebé que fue generado en el mismo momento que su hermano mayor.
    Los preembriones (son los óvulos fecundados que aún no se han implantado en el útero materno) se habían obtenido por medio de una tecnología de reproducción asistida, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), que sirve para casos de infertilidad masculina.
    “Con mi marido estuvimos más de un año buscando un hijo y, como no llegaba, necesitamos el tratamiento, que fue totalmente tedioso. Decidimos congelar los preembriones que no usamos en ese momento. Hay gente que tiene problemas religiosos o filosóficos; yo no tuve ninguno. A mí sólo me interesaba planificar el momento de tener hijos”, explicó la mujer.
    Según contó a Clarín el director médico del centro de Estudios en Ginecología y reproducción (CEGYR), Sergio Papier, hace diez años, con el tratamiento de fertilidad la pareja logró 8 preembriones. Cuatro se transfirieron en el momento y uno dio lugar al hijo, Alan, que hoy tiene 9 años. El resto de los preembriones fue congelado”.
    En aquel momento, la pareja disfrutó de la llegada del primer hijo, Alan. “Fuimos postergando la decisión de tener otro hijo. Sabíamos que los preembriones estaban ahí, pero la vida nos fue llevando…Recién este año quisimos intentarlo de nuevo y lo logramos”, comentó.
    En junio pasado, los médicos del CEGYR hicieron la transferencia de los preembriones congelados hace diez años y finalmente se logró el embarazo que ya lleva tres meses.
    “Es maravilloso que yo pueda conservar la fertilidad de hace una década- expresó la mujer que trabajó muchos años como secretaria y vive en el barrio porteño de Caballito- Si no fuera por el congelamiento de los preembriones, no hubiese podido quedar embarazada otra vez. Hubiera necesitado de la donación de óvulos de otra mujer”.

    En el país, el congelamiento de embriones empezó a practicarse en 1988 en los centros privados de fertilidad. En el mundo, el primer embarazo de un preembrión congelado se hizo en 1983.
    No hay legislación específica que lo autorice o prohíba en la Argentina, algo que ocurre con todo lo relacionado con la tecnología de la reproducción asistida (aunque hay varios proyectos de ley en el Congreso presentados).
    Las parejas optan por congelar cuando se obtiene un exceso de preembriones (así se evitan los embarazos múltiples) a partir de las diferentes técnicas de fertilidad. Y vuelven a recurrir a los preembriones cuando fracasa un intento de embarazo o cuando quieren tener otro hijo.
    Como fue el caso de Tamar Braustein y su marido. “Lo más difícil fue el tratamiento que emprendimos hace diez años. Fueron muchas etapas hasta conseguir el primer embarazo. Además, el tratamiento es muy caro y hay que soportar que la gente cercana no quiere hablar mucho del tema-agregó la mujer-. Se mantiene en secreto, incluso los psicólogos recomiendan no comentar mucho”.
    En cambio, la transferencia de los preembriones congelados en junio le resultó más fácil. “Nuestro hijo nos decía que quería un hermanito. Nosotros también lo queremos. En junio, la transferencia de los preembriones no fue dolorosa”. Y el embarazo con un preembrión que ya llevaba 10 años de congelamiento se logró. “No me sorprende mucho. Al hacer el tratamiento de fertilidad, te llenás de información. Entonces, los resultados no te asombran tanto”.
    La mujer reconoció que ahora no tiene la ansiedad desmedida del primer embarazo de hace diez años. “Me siento como una mujer que quedó embarazada naturalmente”.

    TECNICAS BAJO CERO EN LA ARGENTINA
    En la Argentina, hay aproximadamente 2000 preembriones congelados, según el presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, Claudio Chillik. “Aunque el número varía constantemente, porque se congelan y descongelan preembriones todo el tiempo”.
    En nuestro país, los centros de fertilidad que ofrecen el servicio de criopreservación no tienen la obligación de reportar cada caso. La práctica cuesta entre 900 y 1500 dólares, informó Stella Lancuba, directora del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva (CIMER). Antes, las parejas deberán también pagar los tratamientos de fertilidad asistida de alta complejidad, que pueden llegar hasta los 10.000 pesos.
    No todos los preembriones congelados dan lugar a nacimientos. “Con el paso del tiempo, la criopreservación se volvió más eficaz. Los preembriones se congelan en un medio de cultivo con un líquido que los protege del frío-explicó Chillik-. Están en nitrógeno líquido a 196 grados bajo cero.

    PUNTO DE VISTA
    HISTORIAS

    Son más de 2 millones los chicos que nacieron en el mundo-hasta el momento- por alguna técnica de fertilización asistida. Algunos, como Louise Brown, la primera “bebé de probeta”, ya son adultos e hicieron abuelos a sus padres. Detrás de cada número están las historias, como ésta, la de la argentina Tamar Braustein, de 47 años, que está armando su familia paso a paso, ahora embarazada de su segundo hijo a partir de un embrión congelado. Esos dos millones de bebés llegaron al mundo para iluminar la vida de sus padres. Aunque también para encender polémicas bioéticas y religiosas. Porque hay embriones que llegan a vestir pañales, pero la mayoría, no. De ellos se habla poco. Son historias mudas, congeladas.

    VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE LA CRIOPRESERVACIÓN
    En las clínicas de fertilidad, hoy se congelan no sólo los preembriones. También se ofrece el servicio de congelamiento de espermatozoides, óvulos y de tejido ovárico (esta última opción está todavía en experimentación). La mayoría son opciones para personas que quieren conservar su fertilidad porque deciden postergar la paternidad o la maternidad o porque reciben un tratamiento oncológico que puede llegar a afectar la posibilidad de tener un hijo.
    Cuando se recurre al congelamiento de preembriones, la tasa de embarazo es de 35% por cada ciclo. Según escribió la especialista Stella Lancuba, en su libro Las 101 respuestas sobre fertilidad, la criopreservación es recomendable según las siguientes indicaciones médicas:
    > Evitar el descarte de preembriones no transferidos
    > Disminuir la probabilidad de embarazos múltiples
    > Brindar al paciente la mayor eficacia del tratamiento
    > Riesgo en la salud materna
    La pareja debe firmar un consentimiento informado antes de que se realice el congelamiento. De acuerdo con Lancuba, las ventajas del congelamiento de preembriones son: que aumenta la eficacia del tratamiento, al prevenir un embarazo múltiple y que no expone a la mujer a muchas estimulaciones hormonales. También puede generar dilemas cuando la pareja se divorcia, pierde interés en los preembriones o pasa el tiempo y la pareja ya no está en la etapa reproductiva.

    LOS PRIMEROS CASOS EN EL MUNDO
    El embarazo de Tamr Braustein, que se atiende en el CEGYR, es el primero en el país conseguido a partir de preembriones congelados hace diez años. Un antecedente se había logrado en Halitus Instituto Médico, dirigido por Sergio Pasqualini, con preembriones que llevaban ocho años de criopreservación.
    En el mundo, hubo un solo caso reportado en Israel a partir de preembriones congelados 12 años antes. Fue en 2004 cuando un grupo de médicos reportó un nacimiento de gemelos. Los preembriones habían estado conservados durante 12 años. La mamá tenía 39 años en el momento del embarazo y los médicos no habían podido detectar la causa de esterilidad.
    Los preembriones del caso israelí se habían obtenido por fertilización in Vitro. Se logró primero un embarazo triple pero nacieron finalmente dos niños saludables de aproximadamente 2.500 kilos cada uno.
    En la Argentina, como aún no hay una legislación sobre la criopreservación, la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva recomienda que se congele la menor cantidad de preembriones. Su titular, Claudio Chillik, resaltó que los padres son los únicos que disponen sobre los preembriones. “No pueden ser destruidos- afirmó- pero sí donados”.