La ruta del placer
Dicen los expertos que la mejor manera de provocar placer en las mujeres es estimular su cerebro.
Esto depende del hombre y se logra a través de lo que ella ve, lo que huele y lo que toca.
Las mujeres se erotizan, ante todo, por los estímulos que reciben del exterior a través de sus ojos, nariz y oídos: la voz de un hombre, su aroma, su forma de manejarse.
Por ejemplo, el hecho de que el hombre le hable y le transmita lo que piensa le brinda la sensación de que lo está conociendo por dentro, yeso le brinda mayor seguridad. Y la seguridad para la mujer es uno de los fundamentos de la entrega.
«Este lenguaje paraverbal, que se procesa en el hipotálamo, comienza mucho antes que el contacto físico y abre más la canillita de los neurotransmisores que comienza a erotizar a la mujer», explica Beatriz Literat, médica ginecóloga especialista en disfunciones sexuales femeninas y masculinas y miembro del equipo de disfunciones sexuales del Hospital Durand y del Instituto Halitus.
Y si se habla de zonas erógenas tradicionales: cuello, senos, oreja, en realidad de lo que estamos hablando es de la piel, que posee neurotransmisores que mandan una señal al cerebro y corazón aumentando la frecuencia cardíaca y la respiratoria. «Esto hace que haya mayor circulación de sangre, lo cual hace que la piel se llene de más sangre y se estimulen millones y millones de sus terminaciones nerviosas», aclara Literat.
Las zonas erógenas de una mujer dependerán de cada caso. Por ejemplo, una mujer puede decir que le gusta que le toquen los pechos; otra, el cuello; y otra, la espalda. La especialista aclara: «Eso depende de cómo fue educada y de cómo fue acariciada cuando era chica. Si un bebé fue bien querido, bien acariciado, bien besado, bien cosquilleado, seguramente va a ser un adulto sensua1».
NINGUNA MUJER LOGRA EL ORGASMO CON LA PENETRACIÓN SOLAMENTE
PUNTO G Y OTROS
«La sensibilidad de la vagina está en la entradita, en el bordecito y, por supuesto, en la zona de los labios internos, de los labios menores, que es una zona tremendamente erógena. También lo es la zona clitorídea; la del ano, las nalgas, la parte interior de los muslos, el abdomen… porque los nervios de la zona clitorídea, vaginal y anal se expanden como una especie de pañal alrededor del cuerpo», dice Literat.
El punto G, ubicado en la cara anterior de la vagina, justo detrás del hueso púbico, es una parte interior del clítoris que se sumerge en los tejidos de la pelvis y tiene un tamaño cinco veces más grande que su parte exterior visible. «Cuando se acaricia el punto G, lo que se está tocando es la parte de abajo del clítoris, que es el órgano del orgasmo femenino. y aquí vale aclarar que no por mucha penetración la mujer va a lograr el orgasmo. Ninguna mujer logra el orgasmo con la penetración solamente; necesita el estímulo de la zona clitorídea, que es el órgano que Dios puso ahí para el placer. De hecho una mujer puede lograr el orgasmo sin penetración y con la sola estimulación del clítoris», concluye la médica.
En las páginas siguientes, un mapa para recorrer, paso a paso, el universo erótico femenino.
LA ESPALDA
La planicie del deseo
A ambos lados de la columna vertebral se localiza una serie de nervios que pueden estimularse de forma muy efectiva ya sea oral o manualmente. Frente al hueso sacro existe una zona más sensible que el resto, donde se juntan la espalda y la cola.
LAS NALGAS
La fruta prohibida
Los masajes, las leves palmadas, los pequeños mordiscos, la apertura y el levantamiento de las nalgas de tu pareja son buenos ejercicios para lograr el estímulo perfecto. Poseen una gran cantidad de terminaciones nerviosas.
LOS MUSLOS
Los pilares de su esencia
La mayoría de las mujeres saborea las caricias realizadas con las yemas de los dedos, labios o lengua a lo largo de las piernas y, en particular, en el interior de los muslos. Si la estimulación se procura de manera circular o ascendente hacia la zona genital, la excitación será aun mayor.
EL CUELLO
Bocados ocultos
Esta zona posee un poder erótico muy efectivo, sensible a los labios, el mordisqueo y las caricias.
1.500 cm3
Es la cantidad de sangre que necesita la mujer para excitarse y tener lubricación. El hombre solo necesita 250 cm3.
3 a 6 minutos
Es el tiempo promedio que el hombre puede tener penetración sin eyacular.
2 a 6 segundos
Es el tiempo promedio que dura un orgasmo en ambos sexos.
