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Por: Revista Mia | 03/11/14

La mejor compañera del parto


Desde la antigüedad, cuando solo ellas asistían a las madres, hasta hoy cuando acompañan a los equipos médicos lo único que no ha cambiado en la función de las parteras es ser esa mano que lleva a las mujeres desde la espera al alumbramiento y aún siguen después, cuidando también del bebé.

Las parteras vienen desarrollando su labor y acompañando a las parturientas desde el siglo XVII, cuando los partos eran auto-asistidos y se basaban en la experiencia y conocimientos que estas mujeres se trasmitían entre ellas. Solían pertenecer a familias que seguían con la actividad de generación en generación.
Por siglos, los partos se vivían en las casas y, cuando aparecía algún inconveniente, alguna salía corriendo a buscar a un médico que viviera cerca. Por la década del ´50 se generalizó la asistente al parto en los hospitales y, entonces, se formaron enfermeras especializadas que los atendieran. Las parteras se encargaban de los partos normales y los obste-tras de los patológicos o complicados.
Hoy las parteras cumplen una importante función de acompañamiento. Están especializadas en técnicas integrales, prevención, promoción de la salud y apoyo a tratamientos médicos.
El momento del parto es una experiencia fuerte para toda mujer y el mayor acompañamiento y ayuda profesional que pueda recibir es indispensable. No sólo es importante el rol del papá -si lo hubiera- sino también el de la partera, la mano amiga.
La partera es la gran compañera pero no solo del parto sino también del embarazo. Durante los meses de espera, le va enseñando a la mamá a interpretar los mensajes del interior de la panza, la pataditas, la quietud, el movimiento, con los que el bebé dice «demasiado trajín mami´,´ «de ese lado no te acuestes´,´ «me asusté como vos mamá» Además, es la que está las 24 horas a disposición para guiar y reconocer los síntomas del parto, disminuir la ansiedad, explicar los pasos a seguir y, finalmente, acompañarla durante el parto.
Un gran trabajo
La embarazada debe conocer y dejarse guiar por el equipo que la asistirá y consensuar sobre qué se va a hacer. En las primeras contracciones, el trabajo de la partera es recibir a las mamás, prepararlas y contenerlas. Ellas consiguen que lleguen relajadas al alumbramiento y puedan colaborar con el trabajo de los médicos, para eso, las preparan tanto en los aspectos físicos como emocionales para participar activa-mente en el nacimiento de su hijo.
Se ocupan de escuchar al bebé, respetar los tiempos, cui-dar y contener a la mamá y al papá, poner al tanto al profesional que realizará el parto sobre la evolución del trabajo previo y el estado del bebé. Parte de su labor es enseñarle a la mamá a estar atenta a sus propias necesidades y sensaciones, a los pedidos que el cuerpo le hace respecto de posiciones a adoptar para aliviar molestias.
Durante el proceso de trabajo de parto, la función más importante es poner los sentidos al servicio del bienestar familiar: escuchan los latidos fetales, estar atentas cuando la mamá requiere ayuda y tener en cuenta lo que el propio bebé está diciendo, porque es él mismo el que les indica como puede ser su nacimiento si se lo sabe escuchar duran-te todo el proceso de trabajo de parto.
La información que las parejas reciben de ellas es funda-mental para prepararse para el recibimiento tanto como para los cuidados post parto mediatos e inmediatos.
¿Cuáles son los síntomas del parto que las parteras ayudan a identificar?:
✓ El reconocimiento de las contracciones, cómo contarlas, la pérdida del tapón, todos datos esenciales para evitar viajes innecesarios a la clínica y prepararse para el momento correcto.
✓ La intensidad y frecuencia de las contracciones del trabajo de parto.
✓ La pérdida del tapón mucoso o de líquido amniótico.
✓La dilatación.
En caso de una cesárea, la partera también cumple con su labor de contención, acompaña a la pareja en la internación y realiza los primeros controles a la mamá y al bebé, calma la ansiedad, se encarga de explicarle los pasos a seguir en la intervención para despejar dudas y temores. Después del nacimiento del bebé, la partera es la que:
✓ Todavía en el sanatorio, controla la normalidad del posparto y del recién nacido durante las dos o tres horas posteriores al parto. A partir de entonces, la madre recibirá los cuidados por parte de las enfermeras.
✓ Una vez que se haya recibido el alta hospitalaria, la partera continuará con su guia en la consulta.
✓ Informa y asesora en las cuestiones más importantes, vigilar el estado de los puntos en caso de cesárea o episiotomía.
✓ Es la que guía en el inicio de la lactancia.
Fuente: Nelly Gago, obstétrica de Halitus Instituto Médico