Con la alegría que un embarazo significa también se suman algunas inquietudes específicas en relación a la salud de la mamá y el hijo por nacer. Al igual que el año pasado este invierno las mujeres que esperan un bebé tienen un nuevo motivo de preocupación en relación a su propia salud y la de su bebé: la gripe A H1N1.
Para la embarazada no es un tema menor: todos los tipos de gripe pueden asociarse a una mayor probabilidad de hospitalización en mujeres embarazadas, tanto a gripe estacional como la porcina. «La experiencia demuestra que, durante la temporada invernal, si una mujer cursando el último trimestre de su embarazo contrajera gripe, la probabilidad de que el cuadro se complique y requiera de hospitalización es cuatro veces mayor que si no estuviera embarazada», aseguró el doctor Sergio Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico. En este sentido, las embarazadas poseen grados de complicaciones comparables a personas de 65 o más años de edad, en particular si contraen gripe durante el último trimestre del embarazo.
Debido a este riesgo incrementado, se debe fomentar la vacunación masiva de mujeres embrazadas por la gripe estacional. La vacuna de la gripe estacional posee un nivel positivo de respuesta extraordinario. Fue desarrollada, manufacturada, perfeccionada y aplicada durante décadas en cientos de millones de personas en todo el mundo. El historial de eventos adversos graves es bajísimo. Pocos fueron los eventos adversos asociados con la vacuna que puedan ser catalogados como de gravedad.
La cepa de la gripe A H1N1 2009 está teniendo incluso un mayor impacto sobre mujeres embarazadas en comparación con la gripe estacional. Las mujeres embrazadas se ven realmente afectadas y complicadas por este virus. Si bien es difícil obtener cifras oficiales definitivas para este grupo poblacional para la Argentina, en los Estados Unidos, durante el 2009 alrededor del 6% de las internaciones y decesos por el virus de la influenza H1N1 correspondieron a mujeres embarazadas.
El mundo entendió que tanto la gripe estacional como H1N1 es un problema que reviste seriedad para la mujer embarazada, y por lo tanto, debe estar preparada e inmunizarse.
La vacuna monovalente, denominación que recibe la vacuna que previene la cepa de influenza A H1N1 2009, se aplica en forma gratuita para embarazadas en hospitales y centro de salud públicos. Estudios clínicos previos han probado que la vacuna es segura tanto para la población en general como para este grupo específico. Las pruebas de la vacuna en mujeres embarazadas fueron concluyentes también respecto de la dosificación: una sola dosis es suficiente para estimular un sistema inmune de protección contra el virus de la gripe H1N1.
Vacuna monovalente: la mejor protección para el hijo por nacer
Además de la mamá, el bebé por nacer también queda protegido. Vacunarse resulta ser la mejor opción para proteger al hijo una vez nacido.
Los bebés menores a 6 meses no son vacunados y por lo tanto, deberán ser protegidos por sus madres, con la persistencia de anticuerpos maternales. Estudios focalizados en la entrega de anticuerpos maternos hacia el bebé han concluido que, en general, casi todos los niveles de anticuerpos que la madre posee en su torrente sanguíneo pasan eficientemente al bebé a través de la placenta. Es decir, estos bebés por nacer estarían siendo inmunizados en tanto las mamás reciban las vacunas conteniendo los anticuerpos al momento del nacimiento. No sólo la mamá se estaría beneficiando de la vacuna sino también el recién nacido.
Con el nacimiento, la lactancia materna es fundamental. No se debe suspender el darle pecho aún habiendo la madre contraído la enfermedad. Las madres que estén amamantando deben continuar haciéndolo mientras reciban tratamiento para la gripe. Los bebés que reciben leche materna no se enferman y lo hacen con menos frecuencia en relación a la gripe respectos de aquellos que no la reciben. La lactancia materna protege al bebé. La leche materna transfiere los anticuerpos de la mamá al bebé; son los anticuerpos que ayudan a combatir enfermedades.
No recibir la vacuna significa ponerse en un estado de riesgo. Durante el 2009, mujeres embarazadas que gozaban de un excelente estado de salud padecieron un estado de enfermedad tan severa que implicó permanencia en unidades de cuidados intensivos. Hoy la experiencia e investigación nos llevan a concluir que en relación al embarazo la vacuna debe ser recomendada y aplicada.