Deberíamos plantearnos los problemas que pudieran presentarse en nuestras relaciones de pareja teniendo en cuenta que a más actividad sexual, más salud: por eso resulta muy importante consultar con los especialistas en caso de insatisfacción. Lo primero que debe tenerse en cuenta es que “falta de deseo” y “falta de excitación” no son lo mismo.
Existen cuatro tipos de disfunciones:
1- La alteración del deseo, que se traduce como “no tengo ganas”.
2- La alteración de la excitación, “sí tengo ganas, pero no me excito”
3- La alteración de la respuesta sexual, “sí, tengo ganas y sí me excito, pero no tengo orgasmos”.
4- Dolor.
La inhibición del deseo sexual es una disfunción de la sexualidad que se produce por causas de origen orgánico o por causas de orden emocional, como el Síndrome de aversión al sexo, las secuelas de abusos sexuales, los conflictos con la pareja, el rol de género o el propio cuerpo.
En cambio, la disfunción excitatoria se produce cuando, a pesar de estar presentes los mecanismos detonantes del deseo, existen alteraciones que impiden progresar a la respuesta sexual.
En términos psicológicos, cualquier temor o conflicto que impida el progreso de la respuesta sexual podría ser causa de inhibición de la excitación sexual.
Por todo esto, la mejor manera de mejorar la relación con una pareja es preguntarle explícitamente sobre sus gustos y deseos, y contarle a su vez sobre aquello que le agrada a uno…y estar informados: todo puede enriquecer una relación sexual. Fuente: Dra. Beatriz Literat. Médica Sexóloga del Equipo de Disfunciones Sexuales de Halitus Instituto Médico. |  |
