Cerca del 15% de las parejas tiene dificultades para conseguir un embarazo y los motivos por los que no lo logran abarcan desde inconvenientes físicos hasta situaciones de estrés y ansiedad que padecen durante la búsqueda.
Especialistas en el tratamiento de problemas de fertilidad coinciden en que las causas de ese trastorno abarcan un amplio rango de factores tanto físicos como emocionales, y afectan, por igual, tanto al hombre como a la mujer.
El andrólogo Omar Layous, especialista del Hospital Italiano de Buenos Aires, indicó que “del 100% de las parejas que buscan plasmar un embarazo, hay cerca de un 15% con dificultades, pero con las técnicas y tratamientos actuales casi todos tienen solución”. Sostuvo que “los inconvenientes pueden ser por causas masculinas o femeninas aparentes, o puede ser que la pareja se vea afectada por otros motivos, como, por ejemplo, la ansiedad”.
En ese sentido, añadió que entre esos factores que no son físicos pueden existir “situaciones de estrés, mala nutrición, ansiedad y también la edad de ambos integrantes de la pareja”.
Explicó que “hay un potencial de fertilidad en la pareja, juntos y por separado, porque no es lo mismo los 20 años que los 55 en el hombre, y tampoco los 25 y los 40 en la mujer”.
Añadió que “ese potencial está dado por múltiples hechos, como el peso, el estado físico y los factores externos que, a veces, se combinan a favor o en contra para conseguir un embarazo”.
Layous puntualizó que “la infertilidad en el hombre puede responder a que exista algún problema en los espermatozoides”, y agregó que las causas pueden ser “genéticas, infecciones, el varicocele u otras, como problemas con el sistema inmune”.
En cuanto a la mujer, indicó que “además de la edad, puede existir un cúmulo de enfermedades propias que dificultan la fertilidad, para las cuales, al igual que en el caso de los hombres, existen tratamientos”.
La revista científica Fertility and Sterility publicó un estudio que confirma que las mujeres con altos niveles de estrés ven reducidas en un 12% las probabilidades de quedar embarazadas.
El estudio, liderado por la especialista Germaine Buck Louis, realizó un seguimiento de 274 mujeres británicas de entre 18 y 40 años, que fueron monitoreadas durante seis ciclos menstruales o hasta la concepción.
En ese sentido, observó que las sustancias alfa amilasa y cortisol, que miden la reacción del cuerpo con el estrés físico o mental, eran notablemente superiores en los casos en los que no se pudo lograr un embarazo.
El especialista Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico, sostuvo que “el interés por la relación estrés-fertilidad no es nuevo y hay estudios de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard de 1987 que analizan la relación entre medicina, mente y cuerpo en el resultado de los tratamientos”.
Señaló que “las investigaciones demuestran que el estrés y las emociones tienen impacto en muchos de los sistemas del cuerpo humano y, desde ya, el sistema reproductivo no es ajeno a ello”.
Sostuvo que “la incorporación de terapias complementarias al tratamiento clínico de la infertilidad para el manejo del estrés de un modo ordenado, objetivo y desde donde sus resultados puedan ser medidos, evaluados y corregidos se plantea como una opción real para potenciar un tratamiento exitoso”.
La fertilidad, según pasan los años
Los expertos afirman que “existe un potencial de fertilidad en la pareja, juntos y por separado. De esta manera, no es lo mismo los 20 años que los 55 en el hombre, como así tampoco los 25 y los 40 años de edad en las mujeres”, explican.
Bebés por fertilización asistida: los riesgos
Los bebés que nacen de parejas que realizaron un tratamiento de fertilidad tienen un mayor riesgo de sufrir anormalidades y los médicos deben estar preparados para advertir a sus padres sobre los posibles riesgos.
La genetista clínica parisina Geraldine Viot dijo que las parejas que están considerando usar la tecnología de reproducción asistida (ART, por sus siglas en inglés) deberían saber que el riesgo de que el bebé sufra defectos de nacimiento es casi el doble que en aquellos concebidos naturalmente.
La ART incluye varios métodos, como la fertilización in vitro (FIV) y una técnica llamada ICSI, en la cual se inyecta directamente el esperma en un óvulo.
“Hallamos una importante malformación congénita en el 4,24 por ciento de los niños nacidos por ART”, dijo Viot, del hospital Maternity Port Royal, en París, cuyos resultados fueron presentados en una conferencia de la Sociedad Europea de Genética Humana, en Estocolmo.
Esto es el doble de lo registrado en la población general, dijo, pero agregó que la mayoría de los médicos que trabajan en clínicas de fertilidad en Francia sólo hablan a las parejas sobre esos riesgos si éstas les hacen preguntas específicas.
“Dado que nuestro estudio es el mayor hasta la fecha, creemos que nuestros datos son estadísticamente representativos del panorama real”, dijo Viot en un comentario sobre su investigación.
Un estudio publicado en 2009 halló que el número de bebés nacidos en todo el mundo a través de ART creció a 246 mil anuales en 2002, desde 219 mil en el 2000.
El equipo de Viot condujo un sondeo de 33 clínicas de fertilidad francesas y estudió los datos de todos los nacimientos por ART entre 2003 y 2007, que dio un total de 15.162 niños.
Los cuestionarios fueron completados tanto por los padres como por el pediatra, y la prevalencia de las anormalidades en el parto fue comparada con los datos de los registros nacionales.
La edad promedio de los padres que tuvieron bebés con problemas al nacer no fue estadísticamente diferente a la de otros padres que realizaron tratamientos de fertilización.