La cigüeña ¿no tiene edad?

Actrices como Salma Hayek, Halle Berry, Jennifer Lopez, Marcia Cross, Kim Basinger y Angela Molina también ingresaron en la aventura de ser madres después de «cierta edad», a pesar de los riesgos emocionales y físicos a los que tenían que exponerse. Es que como todas ellas viven pendientes de su imagen, postergaron el embarazo, esperando el momento profesional adecuado. Pensaron que el tiempo para poner el cuerpo es una elección a gusto de cada uno, sin importar la edad. A muchas de ellas les fue bien. Y la tendencia va en aumento. Pero pocas de las mujeres que eligen aplazar la maternidad contemplan la posibilidad de la desilusión si las cosas no se dan como lo planearon. «Los riesgos crecen con la edad y cada vez más mujeres posponen el embarazo.
Hasta que se encuentran con dificultades biológicas, producto del envejecimiento natural y consecuente decrecimiento de la reserva ovárica y calidad de sus óvulos. Como resultado, en los últimos años el número de mujeres consultando por problemas de fertilidad a partir de los 37 se incrementó. ¿ Por qué ? Esa es la edad en la que la función ovárica está en declive y hace difícil la obtención de óvulos de calidad adecuada para lograr un embarazo. Por otro lado, afortunadamente más y más técnicas permiten la concepción «, explica el especialista en fertilidad, doctor Sergio Pascualini.
Jennifer Lopez repitió en varias entrevistas que convertirse en mamá, y por partida doble, a los 38 años «la cargó de ansiedad», pero al mismo tiempo la encontró bien plantada en la vida. «A partir de esta llegada tardía a la maternidad, se da un cambio en la manera de concebirla. Los puntos fuertes son: creciente madurez, mayor registro de riesgos y una gran conciencia de lo que un embarazo y la llegada de un hijo significan en la vida adulta. Es por eso que estas mujeres demandan más información y preparación a lo largo de este proceso.
Sus puntos débiles podrían ser las consecuencias de salud en relación a lo considerado ´embarazo añoso´: mayor dificultad en el proceso de fertilidad, mayores riesgos de enfermedades y quizás temores económicos y emocionales», detalla la psicóloga Marisa Russomando, especialista en maternidad, paternidad y crianza.
¿NARCISISMO O DESEO VERDADERO?
Desafiar el paso de los años, tironear a la naturaleza y manejar el timón de la biología como si fuéramos todopoderosos a veces hace que nos demos la cabeza contra la pared. En el mundo real, más cerca de la rutina cotidiana que de los flashes, otros temas golpean la puerta. Mariela tiene 37 años y pasó por cinco inseminaciones artificiales y dos ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) para poder tener finalmente a Lucía. Y tuvo suerte. Romina, de 40 años, perdió tres embarazos y recorrió varios consultorios médicos hasta que una especialista descubrió que sufría de trombofilia, una alteración en la coagulación de la sangre, bastante frecuente. Con medicación y muchísimo reposo logró continuar con un embarazo y tener en brazos hoy a Santino. «Los adelantos de las ciencias médicas permiten lanzarse a la concreción de un proyecto que en otra época hubiera resultado inconcebible. Aquellas mujeres que ven a la maternidad como un pilar de su realización personal están dispuestas a superar cualquier obstáculo. Muchas veces las cosas no resultan como se esperaban y las parejas deben atravesar experiencias dolorosos tales como la pérdida de un embarazo o una variación en el desarrollo fetal. Cuando esto sucede deben hacer un gran esfuerzo físico (en el caso de la mujer), emocional y psicológico para lograr metabolizar lo sucedido. En la mayoría de los casos vuelven a intentarlo, renacen las esperanzas y el proyecto de tener un hijo se recrea «, argumenta la psicoterapeuta Sol Entelman.
SALUD FÍSICA Y EMOCIONAL
La vida moderna nos impone ritmos y desafíos profesionales que favorecen de manera directa la postergación de la maternidad. Así, con más años encima de la mujer que quiere ser madre, la infertilidad, los abortos y los partos prematuros son más frecuentes. Para Pascualini, «La idea de tener un hijo al límite de lo biológicamente posible sin saber el verdadero estado de la salud reproductiva es una práctica cada vez más común. Por eso las parejas deberían saber que una perfecta salud reproductiva no es una condición dada «. Las celebrities hacen declaraciones y parecen cumplir con sus deseos siempre. Cueste lo que cueste. Ovodonaciones, fecundaciones in Vitro y familias lejos del modelo típico están a la orden del día. «El concepto de familia ensamblada colabora en este fenómeno. En el caso de Demi Moore se ve claro. ¿Por qué una mujer que ya es madre de tres hijos decide tener hijos con su nueva pareja ? Por el cambio que hubo en los últimos tiempos respecto de la familia tradicional. Esto tiene que ver con el contrato implícito entre los nuevos cónyuges que buscan su plena realización. Teniendo en cuenta que el divorcio es tomado como una realidad común, las parejas subsiguientes son un intento de alcanzar el ideal de felicidad o de conformar una nueva familia funcional», aclara Entelman.
Más allá de esta moda entre las famosas, lo cierto es que los hijos a la carta, si es que llegan, no tienen definitivamente, padres a la carta. «Es indispensable pensar que tener un hijo ya grandes es una decisión de una vez y para siempre. Sin retorno, en la cual hay que atender a un bebé, totalmente dependiente y acompañarlo en su crecimiento.
Otra instancia a tener en cuenta en la maternidad tardía, es tratar de diferenciar si es sólo un deseo narcisista o es querer participar del milagro de la vida. También será fundamental elaborar los miedos e inquietudes que aparecen siempre frente a cualquier situación nueva. Si hay una pareja que acompaña, trabajar el proyecto ´codo a codo´. Y, para más adelante, elegir un ámbito educativo que contenga al niño y a su familia. Si todo esto es tenido en cuenta: ¡Felicitaciones por la decisión!», aclara la psicoterapeuta Laura Del Casale.
Es válido querer escribir nuestra propia historia, tener sueños e ir tras ellos para cumplirlos. La ciencia ayuda y logra maravillas en las cuestiones biológicas, pero el misterio de la vida y de la muerte también nos enfrenta con nuestra frágil humanidad.