El peeling es una herramienta médica para combatir el envejecimiento cutáneo. Un tratamiento de baja complejidad que actúa exfoliando las células muertas de la piel y dejando al descubierto las nuevas (que constituyen la piel fresca que se encontraba debajo de la capa de piel envejecida)», explica el Dr.
Edgardo Chouela, profesor titular de Dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
La intensidad del peeling -superficial, medio o profundo- se determina por el tipo de piel y problema a corregir. La Dra. Claudia Viecens -responsable médica de Lasermed y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología-, destaca que permite quitar las células dañadas y muertas, eliminar la acumulación de pigmentos producida por la radiación solar, propiciar la regeneración de los tejidos (dando como resultado una epidermis rejuvenecida) y reactivar el colágeno favoreciendo la regeneración celular. «La piel se torna más delgada y de esta forma se minimiza el grosor de las arrugas, incrementando la elasticidad y tono facial», aporta Viecens.
Por su parte, la Dra. Laura Mijelshon, médica dermatóloga y directora del Centro Piel & Estética, agrega que «además de atenuar o borrar casi todo tipo de lesión cutánea, el peeling mejora el aspecto de la piel haciendo una limpieza profunda».
LOS PREFERIDOS La técnica consiste en aplicar diferentes sustancias químicas seleccionadas. «En forma de geles, cremas, soluciones o máscaras, actúan a distintos niveles y así se pueden obtener diferentes resultados según la sustancia, su concentración y el tiempo que se la deje actuar», detalla la Dra. Rita García Díaz, a cargo del departamento de dermatología y estética de Halitus Instituto Médico. Los ácidos que sobresalen son: GLICÓLICO. Se extrae de la caña de azúcar. Es una molécula pequeña que consigue buena penetración.
«Produce una exfoliación en láminas, reduce el espesor de la piel y favorece el depósito de colágeno y fibras elásticas. Ideal para atenuar manchas, secuelas de acné, arrugas finas y lesiones solares», afirma Viviana Ranone, médica dermatóloga del centro de estética Lidherma.
SALICÍLICO. Se obtiene de las hojas del sauce, tiene afinidad por las estructuras grasas de la piel y puede acceder a los puntos negros y a la profundidad de los poros. Por eso es ideal para pieles con acné, aun en etapas inflamatorias. La exfoliación que produce también es beneficiosa en los tratamientos de envejecimiento facial y manchas.
MANDÉLICO. Es un derivado de las almendras amargas. «La ventaja es que no irrita y por eso es útil para tratar manchas y acné en pieles más sensibles.
Además, puede emplearse en pieles oscuras», afirma Claudia Viecens, de Lasermed.
Otra característica es que deja un brillo notable en la piel tratada.
También están los peelings con ácido retinoico, que estimulan la formación de colágeno y reducen la dilatación de los poros, útiles para tratar el envejecimiento de la piel y el acné no inflamatorio. Se aplica este ácido al 5 por ciento (una fórmula 30 veces más fuerte que la que se emplea a diario en cremas de aplicación personal).
DOS EN UNO Sumar los efectos de un peeling químico con aparatología que provoca efectos similares es una novedosa forma de producir un efecto intenso en cualquier tipo de piel engrosada, opaca, deshidratada o que haya perdido su luminosidad. Es así como la aplicación de ácidos seleccionados suele combinarse con la microdermoabrasión con cristales. La Dra. Griselda Seleme, directora del Centro de Estética Seleme, comenta que es un método que se basa en el pulido de la piel. «Produce una descamación fina e imperceptible y combinado con peeling químico se potencia el efecto renovador».
El mecanismo de acción produce renovación y estímulo de la capa córnea sin efectos irritantes. «Este ‘mix’ es uno de los procedimientos más efectivos para afinar el aspecto de la piel y prepararla para realizar limpiezas de cutis cosmiátricas. Es indicado para manchas, envejecimiento, arrugas finas, y acné y sus secuelas. Produce una descamación imperceptible a la vista y es realizado por dermatólogos», afirma la Dra. Ranone de Lidherma.
Una propuesta de este centro de estética es el tratamiento que busca renovar la capa más superficial de la piel para hacerla más permeable e inmediatamente saturarla de principios activos humectantes, antioxidantes y aclarantes. El primer paso consiste en una microdermoabrasión para eliminar las células de la superficie. Inmediatamente después se impregna la piel de principios activos como ginkgo biloba, colágeno, aloe vera o glicólico. Otra alternativa que combina técnicas: una suave abrasión de la capa más superficial de la piel con el canto de un bisturí más la aplicación de glicólico de penetración controlada.
LUZ ANTIAGE Los peelings profundos que se realizan con láser son otra opción antiage de vanguardia: provocan una regeneración total de la piel, mejorando su textura y tono.
La Dra. María Esther Hepner, directora médica de MEP Medicina Estética Preventiva, propone el láser Co2 fraccionado, un tratamiento que elimina arrugas, líneas de expresión, flaccidez en la cara y cicatrices (utilizando el gas dióxido de carbono para calentar la dermis). «El rayo del láser de CO2 calienta y evapora el agua que contienen las células de la piel en forma instantánea, permitiendo así eliminar de manera selectiva y controlada las capas dérmicas más superficiales sin dañar los tejidos circundantes y estimular la formación de colágeno (disminuyendo las arrugas y rejuveneciendo la piel)», afirma. A este procedimiento se lo conoce como Skin Resurfacing: deben realizarse entre tres o cuatro procedimientos con un intervalo de cuatro semanas. La piel puede enrojecerse durante unas cuatro horas y luego resultar con una sensación áspera, que cede en el tercer día. En la mayoría de los casos, su resultado dura varios años.
La Dra. García Díaz, de Halitus Instituto Médico, suma la opción del rejuvenecimiento con Luz Pulsada Intensa. El equipo emite destellos de luz de altísima potencia durante breves intervalos de tiempo. «En general, para un buen resultado se requieren alrededor de cinco aplicaciones con intervalos, aunque esto puede variar según el tipo de piel. Luego, puede manifestarse cierto ardor y enrojecimiento que se alivia con cremas y máscaras descongestivas y emolientes», explica García Díaz. Una consigna que vale para los peelings y para todo tratamiento antiage es limitar la exposición al sol, utilizar protección solar total y completar con rutinas de belleza diarias. -BETTINA FALLIK
PEINÓ Y MAQUILLÓ: ELIZABETH ACOSTA PARA VÍCTOR RUBENOFF.
MODELO: SOFÍA SUÁREZ PARA MULTITALENT AGENCY. AGRADECIMIENTO: SUSANA NOGUERA DE SPA BELGRANO.
MANUAL DE BENEFICIOS
> La exfoliación provoca una renovación limitada y controlada de las capas de la piel, generando un recambio celular acelerado.
> En el caso del fotoenvejecimiento, los peelings limpian, afinan y dan luminosidad a la piel. Colaboran aclarando las manchas y atenúan las arrugas finas.
> Son muy eficaces en la prevención del envejecimiento cutáneo.
La renovación de la piel logra que habitualmente esté más suave y con menor cantidad de arrugas.
> En casos de acné, eliminan comedones, renuevan y afinan la piel.
Simultáneamente se colocan sustancias antiinflamatorias y antimicrobianas que intensifican la mejoría.
(Fuente: Halitus Instituto Médico).
LA SESIÓN EN 3 PASOS
1) Limpieza facial.
Para barrer la suciedad externa y que la piel absorba la mayor cantidad de producto exfoliante.
2) Peeling. Se utilizan ácidos de acción moderada, de acuerdo con el resultado que se busque.
3) Máscara. Se deja actuar 20 minutos, aprovechando el estado óptimo de la piel para su absorción.
(Asesoró: Dra. Silvia Mamone, especialista en medicina estética reparadora).
(Cosméticos – Salud)