Al poder extraer las células de la sangre del cordón umbilical, que en el pasado se desechaba inmediatamente después del parto, aparece un nuevo campo para investigar sus usos potenciales, sin el conflicto ético que implica trabajar con células embrionarias. Otra ventaja es que las Células provenientes de la sangre de cordón generan menos rechazo al implantarse que las que provienen de la médula ósea de una persona adulta.
Hay muchas aplicaciones potenciales de las células de la sangre de cordón: tras un infarto cardíaco pueden restablecer las Células musculares de la zona afectada; también son útiles para el tratamiento de la diabetes, en este caso se colocan en el páncreas para que vuelva a producir insulina, y se habla de las posibilidades de curar enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson. En las leucemias hay que constatar que la enfermedad no existe desde el nacimiento para saber si la sangre puede servir.
Todo esto está plasmado en la teoría y se está empezando a aplicar poco a poco, al ritmo de los nuevos descubrimientos.
Hay dos tipos de bancos de sangre de cordón, uno para uso propio y otro que entra dentro de una red mundial. En los bancos privados se evita el estudio de histocompatibilidad (que permite saber si es compatible ala hora de un trasplante) porque la sangre es propia. Por la cercanía, es probable que la sangre pueda ayudar a otro miembro de la familia. El proceso de guardado de la sangre de cordón en los bancos autólogos en la Argentina tiene un costo promedio de 1.000 dólares y 80 de mantenimiento por año, pero la creación de más bancos sin duda va a bajar esas cifras.
Hoy en día, en cambio, no tiene mucho sentido formar un banco en red mundial porque lo manejan los, bancos más conocidos, que tienen una buena cantidad de sangre y es muy difícil que soliciten muestras de uno de los nuevos.
Si bien el campo de aplicación actual recién está empezando a desarrollarse, lo cierto es que el nacimiento se da en un instante y si la sangre no se guarda en ese momento no puede recuperarse más adelante. Es difícil recomendarle a alguien que guarde la sangre de cordón o que no lo haga, pero si en el futuro se consiguen concretar todos los usos que se suponen, se van a beneficiar las personas que la guardaron.
Sergio Pasqualini
Especialista en ginecología y obstetricia y director médico de Halitus Instituto Médico.