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Por: Sentir y Pensar | 14/08/14

Hablemos de sexo


El deseo sexual es definido científicamente como la inclinación o el ánimo a tener relaciones sexuales con otra persona y la respuesta sexual humana posee un mecanismo de relojería en el que cualquier mínima alteración puede producir la falla en dicho mecanismo que derivará en falta de deseo. Pero ¿cómo funciona la química del cuerpo y el cerebro durante la sexualidad y cómo se vive la sexualidad hoy?

Si bien existe un impulso sexual que dirige al individuo, el aprendizaje y los modelos son condicionantes, aunque también existen factores genéticos que afectan el comportamiento y determinan si una persona es más estructurada, más espontánea, más miedosa, más curiosa, etc.
Cada sensación corporal o emocional que tenemos, placer, miedo, ternura o rabia son la manifestación de cambios químicos que se producen en el organismo. “Somos sexualmente un procesador bio psico social y espiritual de sustancias químicas como la adrenalina, las endorfinas, la oxitocina, los estrógenos, los andrógenos y cientos de otras. Estas sustancias deben mantener un saludable equilibrio para que nuestra sexualidad funcione adecuadamente y existen muchas situaciones en las cuales este equilibrio se rompe. Se ha descubierto que en la corteza cerebral existen representaciones de todas las partes del cuerpo, las cuales a su vez afectan las sinapsis neuronales y la liberación de neurohormonas, que participan en la llamada “química sexual”, explica la Dra. Beatriz Literat, médica sexóloga de Halitus Instituto Médico.
Y continúa: “Los sentidos en conjunto con la corteza cerebral y el sistema límbico, entre otras áreas, determinan estímulos neuroquímicos que afectan las sensaciones. A su vez, éstas son procesadas por las personas de manera diferente, de acuerdo al concepto personal que cada uno construye de la sexualidad a lo largo de la vida y se inscriben en el cuerpo. Además, hay una vía en sentido contrario, que hace que el cuerpo sea el punto de partida de modificaciones hormonales que afectan la percepción de la corteza cerebral. Los pensamientos negativos, como resultado de experiencias previas o de creencias que se asumen como ciertas pueden incidir negativamente en esa química del cuerpo. También patologías sistémicas y el efecto de medicamentos o drogas”.
Cuando esa química no funciona, cuando no se encuentra satisfacción, cuando uno se aburre, cuando las dudas no permiten disfrutar ó cuando no hay acuerdo con la pareja, entre muchísimas otras situaciones es momento de realizar una visita al médico sexólogo.
PING-PONG – El sexo y la realidad actual: nuevas tecnologías, redes sociales y TV
La médica sexóloga se refiere brevemente a distintos temas de preocupación actual:

  • La tecnología se ha introducido en todos los aspectos de la vida y las personas la han incorporado a la sexualidad, de modo que esta ha perdido mucho de su carácter privado e íntimo.
  • Los modelos de la tv han enfatizado la idea de que la sexualidad es una actividad pública, con objetivos puramente lúdicos y que puede desarrollarse de la piel para afuera, sin consecuencia alguna, tanto para mujeres como para varones.
  • Un usuario inteligente de Internet hoy en día sabe como buscar un sitio educativo sobre sexualidad. La mayoría de la gente también sabe como buscar pornografía y para qué lo hace.
  • El cibersexo es algo así como ver por televisión como otras personas viajan por el mundo y creer que es uno el que lo está haciendo. Es simplemente una forma de masturbación por computadora.
  • Las “selfies” post sexo son una moda que manifiesta la necesidad de que otras personas vean que uno existe, a cualquier precio y en cualquier circunstancia, como si la autoestima estuviera tan baja que hay que aparecer en la pantalla, sí o sí para sentirse importante.
  • El uso de las redes sociales para temas de sexualidad comenzó como una transgresión de pocos y ahora se ha transformado en un comportamiento de tipo manada; es decir, aunque no se sepa bien por qué ni para qué, tengo que hacerlo para ser alguien.

La Dra. Literat concluye: “Es importante cuidar a los chicos de la exposición en las redes y en Internet de su sexualidad. ¿Cómo hacerlo? hablando con ellos, dándoles educación moral, no solamente sexual, y poniendo filtros. También me preguntan cómo deberían cuidarse los grandes…y la verdad es que los grandes saben perfectamente el riesgo que corren, se juega a la exposición, como a las escondidas. No hay ingenuidad en esto. Pero además, es importante saber que la tecnología no es mala ni buena sino que hay un buen uso y un mal uso de ella. Es posible utilizar la tecnología positivamente en la sexualidad pero primero hay que definir sexualidad y diferenciarla de la genitalidad sola. Entonces, se descubrirá que la tecnología puede ayudar a las parejas a mejorar su vínculo sin perder privacidad. Las personas dudan mucho antes de hacer una consulta sexológica, pero se sorprenden gratamente cuando la realizan, al comprobar como, muchas veces con una sola sesión, se le encuentra solución a problemas que se venían arrastrando penosamente durante décadas”.
Fuente: Sentir y Pensar