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Por: Clarín.com | 02/11/04

Gran bretaña autorizó un procedimiento polémico. Freno a un mal hereditario con la selección genética de embriones.


Podrán solicitarla los británicos que padecen un tipo de cáncer de colon. En el marco de una fertilización asistida, sólo se implantarán en el útero los embriones que estén libres del gen que causa la enfermedad.

Las parejas en las que alguno de sus miembros padece un tipo de cáncer de colon hereditario y particularmente agresivo tienen derecho desde ayer en el Reino Unido a seleccionar embriones libres de los genes que podrían desencadenar la enfermedad en sus hijos.

Los científicos del University College de Londres fueron autorizados, por primera vez, para estudiar la presencia en los embriones de un gen que provoca la poliposis adenomatosa familiar.

Según estadísticas médicas, si el hombre o la mujer tiene un gen de este tipo, hay un cincuenta por ciento de posibilidades de que lo hereden sus hijos.

Este gen, de acuerdo con los especialistas, puede dar lugar al desarrollo de cáncer de colon o de intestino recto, por lo general no antes de los 20 años.

Los embriones creados mediante fertilización en probeta pueden ser examinados con un procedimiento de diagnóstico genético previo a la implantación en el útero.

Gracias al permiso de la Oficina de Embriología y Fertilización Humana del Reino Unido, una vez seleccionados los embriones, sólo se implantarán los que demuestren estar libres de ese gen hereditario.

Esta técnica ya se utilizaba para otros tipos de desórdenes incurables como la fibrosis cística o la enfermedad de Hungtington.

Sin embargo, es la primera vez, según se cree, que esta técnica se emplea para prevenir una enfermedad que no afectará a la persona hasta su juventud o después de ella.

«Estamos muy contentos de que se nos haya ofrecido esta oportunidad, no solamente para asegurar en la medida de lo posible que nuestros hijos no heredan ese gen, sino que tampoco lo transmitan luego a sus descendientes», declaró al diario The Times una de las parejas que obtuvo la autorización para que los científicos puedan examinar sus embriones e implanten los adecuados.

Pero no todo es satisfacción. Esta decisión de las autoridades sanitarias británicas echa leña al fuego de la polémica en torno a los que se conocen ya como «bebés de diseño». De hecho, viene a sentar un precedente que permitirá a los médicos seleccionar los embriones según criterios mucho más permisivos que hasta el momento.

Si bien este tipo de pruebas pueden erradicar potencialmente determinadas enfermedades y permitir a los padres tener una descendencia más sana, también existe el peligro de abusos, lo que plantea un dilema moral.

La poliposis adenomatosa familiar no se desarrolla normalmente antes de los 20 años y puede no aparecer hasta los 40. Además, el riesgo puede reducirse mediante la aplicación de métodos quirúrgicos.

Por esto, los críticos de la decisión argumentan que de esa forma se niega el derecho a la vida a embriones que tal vez no enfermarían hasta muchos años más tarde, en el peor de los casos.

Todavía más discutible consideran su empleo para prevenir la posibilidad de transmitir, de madres a hijas, el cáncer de mama: algunos genes aumentan el riesgo de contraer esa enfermedad hasta un 80 por ciento, pero no siempre provocan la enfermedad, señaló The Times en su edición de ayer.

Paul Serhal, del University College Hospital, el científico que obtuvo el permiso para realizar estas pruebas, justifica el procedimiento porque «podremos llegar a eliminar el gen completamente y permitiremos a las parejas tener hijos sin miedo a transmitir tan terrible enfermedad».