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Por: Mujer única | 25/02/05

Fibromas uterinos: sin cirugía. Novedoso tratamiento


Se trata de la embolización uterina, un método no invasivo contra los fibromas uterinos. En casi todos los casos permite conservar en óptimo estado el útero y por ende, la fertilidad.

Los fibromas o miomas uterinos -también conocidos como quistes ováricos- afectan sobre todo a mujeres de entre 35 y 55 años y, aunque en casi todos los casos son benignos, pueden causar problemas por su tamaño.
Si bien su origen es desconocido, se estima que su crecimiento se debe a causas hormonales. De hecho, es alta la incidencia entre mujeres premenopáusicas -el 35 por ciento los padece-, debido a una proliferación anormal de células musculares benignas en la pared del útero, situación favorecida por el desbalance hormonal propio de ese momento de la vida.
Si se presentan con síntomas persistentes de sangrado y dolor, los fibromas requieren tratamiento médico.
Según los especialistas, hoy pueden emplearse diferentes métodos de extirpación e intervenciones quirúrgicas, cada uno con sus propias ventajas.
Entre los tratamientos más recientes se destaca la emb61ización uterino, método no invasivo que ofrece una importante mejoría de los síntomas y escasas complicaciones.

Recomendaciones y casos

El doctor Guillermo Eisele, del Departamento de Embolización y Terapéutica endovascular de Halitus Instituto Médico, afirma que este tipo de tratamiento es especialmente recomendable cuando se asocian en una misma paciente distintas circunstancias. «Las pacientes perimenopáusicas que quieren conservar el útero pero no desean tener familia, que sufren de miomas sintomáticos múltiples y de pequeño tamaño, de difícil resolución quirúrgica o médica son las más apropiadas para la embolización uterino», sostiene Eisele.

Resulta un tratamiento apropiado cuando hay una dificultad o fracaso de las terapias habituales. También cuando existen limitaciones por parte del paciente por algún trastorno en la coagulación importante o riesgo aumentado para la cirugía pelviana.
Esta técnica ofrece, en más del 90 por ciento de casos, bajas complicaciones y la posibilidad, en su mayoría, de conservar el útero y la fertilidad.

Procedimiento simple y rápido

El procedimiento es simple y no exige anestesia general. «La embolización consiste en la interrupción del flujo sanguíneo de las arterias que alimentan los miomas uterinos conduciendo a una atrofia y detención del sangrado de dichos fibromas», sintetiza Eisele.
Desde una punción en la ingle se realiza el cateterismo de las arterias uterinas en la pelvis y la inyección selectiva de sustancias que tapan la circulación de estas arterias.
«Es sencillo de realizar y no lleva más de 30 o 40 minutos en total; se emplea anestesia local en el Funto donde uno introduce e catéter en la ingle y luego se posiciona el extremo distal de este pequeño tubo plástico de 1,5 mm de diámetro en las arterias que van al útero», explica el médico.

A continuación, se inyectan cuidadosamente por el catéter, pequeñas partículas que viajan con el flujo circulatorio por las arterias uterinas, hasta obstruirlo. Tanto el cateterismo arterial como la embolización uterina se realizan con el control de rayos X en una sala de hemodinamia especialmente adaptada a estos fines.

Algunos síntomas

La presencia de fibromas causa los siguientes signos de alerta:

• Dolor, una vez que el fibroma ha crecido lo suficiente para causar problemas.
• Malestar abdominal.
• A veces, aumento del tamaño del abdomen.
• Dificultad al respirar.
• Tendencia a sufrir várices o hemorroides.
• Los quistes múltiples pueden afectar la fertilidad.

Fabiana Polinelli
Asesoramiento: Halitus Instituto Médico