Hoy cumple 35 años Louise Brown, la mujer que siempre será recordada como «el primer bebé de probeta». Al día de hoy, se calcula que casi 5 millones de bebés nacieron en el mundo por distintas técnicas de reproducción asistida, según datos del Instituto Karolinska que entrega los premios Nobel a la Medicina. Nuestro país acompaña estos avances con la reciente reglamentación de la Ley de cobertura de Fertilización Asistida. Pero ¿cómo fue la evolución de las técnicas que lo hicieron posible?
El matrimonio de Lesley y John Brown, había intentado infructuosamente concebir durante nueve años. Lesley tenía ambas trompas de Falopio obstruidas a pesar de lo cual, y gracias a investigaciones llevadas a cabo por el doctor Patrick Steptoe y el doctor Robert Edwards –este último galardonado con el Premio Nobel de Medicina- el 25 de julio de 1978 vería nacer a su primera hija, Louise.
En aquellos años el tratamiento era experimental y consistía en fecundar dentro de una placa de Petri el óvulo extraído de la mujer con el esperma de su marido para, luego de dos días de cultivo in vitro, devolverlo al útero materno.
Aquel acontecimiento vivido como un milagro, hoy es una realidad para muchísimas parejas que deben recurrir a la fertilización asistida para lograr su ansiado deseo de ser padres. Desde entonces, muchos son los avances que tuvieron lugar en esta rama de la ciencia posibilitando el nacimiento de casi 5 millones de bebés en el mundo. Entre ellos, en nuestro país, el gran orgullo de contar con una ley de cobertura reglamentada que contemple estos tratamientos.
Hitos relevantes de un hallazgo que cambió la ciencia
Las técnicas de fertilización asistida se difundieron rápidamente: en 1978 nació Louise Brown; en 1981, el primer bebé producto de fertilización in vitro (FIV) en los Estados Unidos; en 1982 en Francia y en 1986 en la Argentina.
El doctor Sergio Pasqualini (MN 39914), director de Halitus Instituto Médico, consideró que el advenimiento de estas técnicas generó también la posibilidad de realizar tratamientos en mujeres que tenían fallas ováricas y esto se torna una necesidad, de esta manera en 1984 se dio el primer nacimiento producto de un óvulo donado.
En paralelo, se produjo en 1984 en Australia el primer nacimiento de embriones congelados. Otro gran hito en estas técnicas, porque daba la posibilidad de que los embriones que no se transferían podían ser criopreservados con éxito para ser utilizados a posteriori. En la Argentina, el primer embarazo se realizó en 1992.
En 1988 se produjo a nivel mundial el primer nacimiento con una técnica llamada inserción subzonal de espermatozoides (SUZI), que consiste en inyectar espermatozoides por debajo de la cubierta del óvulo, que se llama zona pelúcida, y por fuera de su membrana.
Pero en 1992, esta técnica se vio superada por el advenimiento de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI), que consiste en introducir un solo espermatozoide dentro del citoplasma de cada óvulo maduro utilizando una aguja de cristal muy delgada.
También en 1988 a nivel mundial se había logrado aspirar espermatozoides de conductos eferentes mediante una simple punción, un procedimiento que antes se llevaba a cabo a partir de un microcirugía.
En 1993 se logró el primer embarazo mediante óvulos madurados in vitro. «Esta técnica resulta útil por ejemplo, en casos de poliquitosis ovárica –donde la mujer tiene muchos micro folículos- su respuesta a la estimulación ovárica es muy intensa y puede llegar a ser perjudicial. Los óvulos inmaduros se obtienen sin estimulación, o bien mediante una estimulación mínima», explicó el presidente de Fundación Repro.
En 1997 por primera vez a nivel mundial, se encontró que los embriones que se desarrollan más rápido, en un 70% terminan siendo varones. El estudio se repitió posteriormente en otros lugares en el mundo confirmando nuestros resultados.
«En 2000 en un estudio hematológico logramos por primera vez concluir que los marcadores de la coagulación de la sangre tenían relación existente con los abortos recurrentes. Además, se supo también que esto repercute en fallas de implantación», puntualizó el especialista.
En ese mismo año tuvo lugar en la Argentina el primer nacimiento mundial de un bebé producto de embrión obtenido de óvulos criopreservados con técnicas desarrolladas por el laboratorio de Halitus: se modificó el medio de criopreservación, reemplazando el cloruro de sodio por cloruro de colina y eso mejoró la técnica del congelamiento de los óvulos –significando un importante avance- hasta que posteriormente se desarrolló e impuso la técnica de vitrificación.
En 2009 nació el primer bebé de la Argentina –también en Halitus- producto de óvulos vitrificados en un programa de ovodonación.
En 2012 se logró un nacimiento gemelar producto de óvulos que permanecieron congelados durante 12 años: lo cual implica el período más largo registrados hasta ahora a nivel mundial. Al realizar un tratamiento de fertilidad una mujer que a los 33 años produjo un número elevado de óvulos, parte de ellos se congelaron, y cuando ya tenía 45 años, se realizó un tratamiento exitoso descongelando sus propios óvulos. Esto demuestra de manera concreta la importancia de congelar óvulos cuando se es joven para poder preservar la fertilidad si por algún motivo debe postergarse la maternidad.
Este es un breve recorrido en la evolución de estas técnicas que hoy en día forman parte de la vida cotidiana. Existen muchísimos centros que utilizan los mejores avances a nivel mundial. El paso más grande en nuestro país fue el de la ley que da cobertura a los tratamientos de fertilización asistida y su reglamentación, sin duda, aunque la aprobación de la reforma del Código Civil y la posibilidad luego de que exista una ley específica sobre las técnicas que se utilizan sería un avance aún mayor. Al día de hoy, los avances científicos más importantes tal vez ya hayan tenido lugar pero aún hay camino para recorrer.
Fuente: infobae.com