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Fertilidad: emoción asistida


La mayoría de las personas soñamos con tener hijos. Pero cuando la intención no basta, parece la ayuda médica. La fertilización asistida es un amino de fuertes emociones en donde el apoyo médico no es suficiente.

Por Alejandra Libenson y R. Sergio Pasqualini

Los seres humanos tenemos la necesidad de trascender en la historia, de que nuestra vida perdure a través de nuestros hijos. En las parejas, la decisión de formar una familia es un gran paso que despierta muchos sentimientos. La búsqueda de un bebé siempre es un momento lleno de expectativas.
Sin embargo, esta búsqueda no siempre se logra con la facilidad y rapidez que la pareja desea y muchas veces los resultados no son los esperados. Cuando surgen dificultades en el logro del embarazo comienzan a ponerse en juego diferentes sentimientos.

En general, las emociones más comunes que surgen en una pareja con dificultades para concebir son: dolor, frustración y culpa. A veces, la sensación de pensamiento mágico que alguna vez pudo haber generado la creencia de no poder tener hijos, ahora se hace realidad y provoca angustia. En algunos casos se puede sentir vergüenza frente a la pregunta del afuera con relación al fuerte mandato social que prescribe formar una familia. También aparecen preguntas: “¿Por qué a mí?”, “¿Qué hice en mi vida para merecer esto?”.
Estos sentimientos pueden enfrentarse y un acompañamiento adecuado puede ser aliado indicado para este momento.

Los tratamientos de fertilidad

Los tratamientos de fertilidad son un medio de ayuda para la pareja que no logra concebir un bebé de manera natural. Enfrentar un tratamiento de este tipo no siempre se fácil y requiere que ambos cuenten con un apoyo y acompañamiento adecuados.
Lo primero, y lo más difícil, es aceptar que se tiene una dificultad y es necesario preguntarse si uno está dispuesto a atravesarla y superarla. Entender que esta dificultad es transitoria, que existen diferentes caminos para re4solverla y que, por lo tanto, puede superarse.

Toda persona que atraviesa un tratamiento de fertilidad tiene las emociones a flor de piel y se encuentra más vulnerable. Por esta razón, resulta necesario esclarecer algunos temas puntuales que merecen ser específicamente trabajados en el marco del tratamiento. Es importante q que la pareja comprenda que la ayuda psicológica es parte del tratamiento médico de fertilidad y lo que se sugiere es contar con ella.
La búsqueda del embarazo también puede ser sentida como una dificultad donde la pareja se siente involucrada pero no culpable de padecerla. En esta caso será vivida como un experiencia dentro de un ámbito saludable en un marco de tranquilidad y confianza. Por el contrario, si se sienten culpables, la búsqueda se hará más difícil, el tratamiento será dificultoso y el estrés estará presente con toda su fuerza.

Por lo general, las causas del no embarazo son orgánicas y no psicológicas, aunque es inevitable que esta dificultada provoque problemas emocionales. Es necesario comprender que somos un sistema integral psico-neuro-inmuno-endocrino.
Existen diferentes etapas en el recorrido que comienza con los tatamientos. La mayor parte de las veces se llega a la primera consulta luego de un extenso camino recorrido, lleno de esperas, decepciones, encuentros y desencuentros amorosos. Por esta razón, en un principio lo más importante es encontrar el profesional adecuado y el instituto que más nos guste.
En la primera etapa se brinda la información acerca del tratamiento que se va a encarar, del tiempo que va a abarcar. Será el encuentro con todo un lenguaje nuevo que habrá que comenzar a entender, donde surgirán gran cantidad de preguntas. Es el momento ideal para hablar con el médico, despejar dudas y estar seguros.
Averiguar de qué consta, cómo manejar el dolor, qué sensaciones dará la medicación que se indica. Anticipar todas estas preguntas ayuda a no angustiarse, y permite que el cuerpo esté relajado y que el tratamiento pueda implementarse mejor. Luego vendrá el momento para preparase anímica y físicamente para los tratamientos.

El apoyo durante los tratamientos

Cuando se decide encarar un tratamiento de fertilidad, es importante aceptar que el bebé no va a allegar ni en la forma ni en el tiempo que hubiéramos soñado. El embarazo no siempre se resuelve en el aquí y ahora, hay que aprender a respetar sus tiempos. A veces necesita más ayuda que esfuerzo, por eso es importante aceptar la asistencia que va a permitir sobrellevar el tratamiento de la mejor manera posible.
Sugerencias para parejas en la búsqueda de su bebé:
* Las dificultades son alternativas, no importa dónde esté ubicada orgánicamente. El problema no es de uno, los dos están involucrados.
* La búsqueda no debe invadir todas las áreas de la vida.
* Pensar que es sólo un aspecto que los unió como pareja, existe otro montón de cosas que pueden disfrutar y compartir.
* Tener la información de la situación no significa controlarla. Hay cosas que no están a nuestro alcance.
* Prepararse para los resultados: convivir con la esperanza y el sentido común. Existen partes del tratamiento que son pura acción y otras de espera, que no significa pasividad.

El acompañamiento de grupos y charlas abiertas para las parejas en tratamiento suelen ser muy útiles porque permiten comprender que las sensaciones que se transitan son compartidas que no hay que preocuparse por sentirse así. Escuchar la experiencia vivida por otros brinda tranquilidad y alivio. Es también una manera de tejer redes entre ellos. Es la imagen que le devuelven los otros, es un espejo que devuelve la mirada del otro.
El proyecto de la búsqueda de un hijo debe vivirse de a dos. Muchas veces se acerca a la consulta la mujer sola, como si el marido fuera un acompañante del tratamiento y no un protagonista como la mujer. Esto a veces sucede porque la que pones más el cuerpo e ella, y entonces el hombre suele acompañar desde un lugar periférico, pero es importante involucrarse y estar a la par.

El estrés como enemigo de la búsqueda

El manejo del estrés e un tema básico en le trabajo en grupos, en la pareja y en las entrevistas individuales. Es entendido como un estado permanente de alteración y por lo tanto influye en los tratamientos. Modifica los ciclos, las funciones sexuales y las reproductivas.

Cada método de fertilización genera aun estrés distinto, según si es de alta o de baja complejidad. La forma en la que comúnmente se manifiesta es: cansancio, enojo, tristeza. En realidad puede disfrazarse de mil maneras, será cuestión del trabajo psicológico descubrirlo y sacarle la máscara para lograr que el paciente se sienta mejor
Lo que genera más estrés en un tratamiento de infertilidad es que se pierde el control de una situación que se creía controlada. Esta sensación muestra que la realidad impone límites, que no siempre las cosas que uno quiere tener se consiguen.
Al mismo tiempo, el costo económico, el manejo de lo laboral, el manejo de cuestiones éticas y el vacío del entorno social también son situaciones que contribuyen con el estrés.

Sexualidad y fertilidad

En el imaginario social se asocia la posibilidad de concebir con el desempeño sexual. Existe la idea de que una persona que tiene dificultades en la búsqueda del hijo tiene problemas en us sexualidad. Esta idea muchas veces perjudica la relación de pareja.

Al mismo tiempo, también se ve modificada la sexualidad durante los tratamientos, y la fantasía de las parejas es que hay un tercero metido en la cama. Muchas veces se indica tener relaciones sexuales programadas, que pueden hacer que se pierda lo espontáneo y lo natural y comience a percibirse el encuentro sexual como un trabajo. Por es importante trabajar en la confianza de la pareja, para lograr que, más allá de todo, se encuentren.
Es cierto que es difícil pensar en la sexualidad como puro placer durante el tratamiento. Muchas veces el deseo se duerme y será necesario generar situaciones que ayuden no sólo a fomentar un encuentro sexual sino también momentos de ternura, de mimos, de abrazos de hacerse compañía. En estas ocasiones, el humor puede ser un recurso adecuado para permitir relajarse y divertirse.

Las expectativas II

Una vez que se logró el embarazo, las expectativas que tienen las parejas y las que ponen en el bebé son distintas. Existen tantas expectativas diferentes como historias. No hay que perder de vista que es un bebé con una historia particular; sin embargo, cuando nace hay que trabajar para que no cargue la “mochila” de la larga historia sobre su concepción. Los papás tienen que aprender a disfrutar del bebé y para eso deben afrontar sus miedos: los del embarazo, los del parto, los de los primeros meses.

Reflexiones finales

Los sentimientos que se despiertan en las parejas que están realizando un tratamiento de fertilidad son de mucha angustia, dolor, miedo y frustración. Entender que el bebé tan deseado no llega en el momento en que la pareja decide formar una familia trae aparejada una sensación de falta de control de la situación y es por elloo9 que la función de médico y del terapeuta es de sostén y contención . La pareja debería poder ocupar entonces el lugar de “pacientes” dejando las dificultades en mano de los profesionales.
El tiempo es un buen compañero del tratamiento, y esta urgencia por resolver las dificultades – por quedar embarazados- puede jugar en contara. A veces es necesario poder parar, darse un tiempo para recuperarse y volver a empezar, para que cuando este milagro tan ansiado se produzca encuentre a una mamá y a un papá fuertes, juntos y preparados para formar una familia… Un nuevo comienzo.