La técnica de fertilización asistida para casos de esterilidad masculina por obstrucción en el conducto deferente, ideada por los médicos norteamericanos Sherman Silber y Ricardo Asch, acaba de ser aplicada por primera vez en la Argentina. Y dio resultado: una pareja (24 años, ella; 27, él) tendrá a mediados de julio de 1990 el primer vástago argentino fecundado de este método.
El logro de la aplicación de esta técnica se lo lleva el equipo médico de la Fundación Halitus, comandado por los doctores Sergio Pasqualini y Rubén Damasco. Precisamente Damasco explicó para Sur la esencia del fenómeno.
“Así como en la mujer hay un conducto que recoge el óvulo y los transporta desde el ovario hasta el útero, el hombre tiene el llamado conducto deferente que traslada el esperma hacia el exterior. Este conducto puede faltar o estar obstruido”.
La llamada agenesia de conducto deferente es una de las causas más comunes de esterilidad masculina. Y hasta 1987 —cuando Silber y Asch pusieron en marcha el método que ya dio 10 embarazos— los hombres que la sufrían sólo tenían las alternativas que le dieron a este muchacho argentino en un hospital: adoptar o fecundar a su mujer con semen de donante.
“Se habían intentado muchas maneras de extraer los espermatozoides retenidos antes del deferente, pero todas fracasaron”, explicó Damasco, subrayando que la genialidad de los dos médicos norteamericanos fue romper con un mito. “Se decía que los espermatozoides debían atravesar el epidídimo (que los transporta desde el testículo hacia la uretra) para ‘madurar’. Silver y Asch demostraron que los espermatozoides extraídos desde el mismo epidídimo son perfectamente capaces de provocar un embarazo”.
Los doctores de la Fundación Halitus efectuaron una microcirugía por atrás de la obstrucción del deferente aspirando en diferentes cortes hasta encontrar el líquido espermático. Luego se lo coloca en un tubo de ensayo junto a una importante cantidad de óvulos obtenidos, previa estimulación hormonal en la mujer. “A las 16 horas observamos que se había producido la fertilización”, cuenta el médico sin disimular su satisfacción.
S.F.