Esto significó un importante incremento de estos valores en donde apenas cinco años antes oscilaban entre un 14 y un 24% respectivamente.
“la insatisfacción de todo tipo, afectiva, sexual, de las conductas, impulsa a las parejas a la infidelidad. Las incompatibilidades sexuales pueden tener un grado de influencia en una infidelidad pero siempre es más fácil realizar una consulta sexológica que involucrarse en una infidelidad que, a la larga, tendrá repercusiones negativas en el vínculo de la pareja”, expresa la doctora Beatriz Literat, médica sexóloga del Departamento de disfunciones sexuales de Halitus Instituto Médico.
“El secreto –insistió la especialista- la mayor parte de las veces, no resiste y se descubre. Y el perdón es un concepto subjetivo, depende del que perdona, de la situación, de los atenuantes, etc. Creo que si existe por parte del que fue infiel, un verdadero reconocimiento del ‘delito’, sincero arrepentimiento y una renovación del compromiso con la pareja sobre bases realmente firmes, quien fue víctima de la infidelidad debería poder perdonar”.
Además, sostiene la médica, “sería deseable que hubiese cambios en la sexualidad de una pareja luego de la infidelidad, sobre todo si la causa fue este aspecto del vínculo. No olvidemos que las disfunciones sexuales y la falta de satisfacción en la intimidad son tanto síntomas de conflictos que provienen de otros aspectos de la relación, como fuente de conflictos por sí mismas y que afectarán otras áreas del vínculo; por lo tanto, la consulta sexológica en estos casos es de carácter preventivo y reparatorio.
Fuente: terra.com.ar