Críticas a la industria farmacéutica
La aparición del Viagra, en 1998, no sólo marcó un antes y un después en el tratamiento de la disfunción sexual masculina También generó un atractivo mercado para las compañías farmacéuticas: se estima que las ventas de esa pastillita azul -que ya ha sido recetada a más de 17 millones de varones en todo el mundo- le permitió a la farmacéutica Pfizer ganar 1500 millones de dólares en un año.
Tentadas por la posibilidad de obtener ganancias similares de un nuevo grupo de consumidores -las mujeres descontentas con su vida sexual-, la industria farmacéutica habría impulsado ‘la creación de una nueva enfermedad: la disfunción sexual femenina’ Esto es lo que afirma el periodista australiano Ray Moynihan, en un artículo publicado en el último número de la prestigiosa revista British Medical Journal. (…)
Actualmente, los médicos prescriben Viagra a mujeres sólo en el marco de ensayos clínicos destinados a probar su eficacia en el tratamiento de la ahora cuestionada disfunción sexual femenina.
Críticas a una definición
‘El peligro de describir las dificultades sexuales como disfunciones es que puede alentar a los médicos a prescribir drogas para modificar la función sexual, cuando la atención debería ser puesta en otros aspectos de la vida de la mujer’.
‘Es un error poner en duda su existencia’
* Según una encuesta, el 24% de las mujeres argentinas está disconforme con su vida sexual * Los problemas sexuales femeninos se negaron muchos años por prejuicios de género
‘Es un error poner en duda la existencia de una entidad médica legítima, como son las disfunciones sexuales femeninas, aunque la escasa e inadecuada investigación al respecto haya limitado durante años el conocimiento de los diferentes aspectos involucrados en la respuesta sexual’, dijo a LA NACION el doctor Amado Bechara, jefe del sector Disfunciones Sexuales del hospital Durand ‘Afortunadamente, en los últimos años se han producido importantes avances -agregó- Es innegable que en estas investigaciones se hallan involucradas empresas de desarrollo farmacológico que soportan el sideral costo de una investigación Es habitual también que estas empresas esponsoreen las reuniones científicas que permiten el intercambio de conocimientos necesarios en la búsqueda de mejorar la cantidad y calidad de vida de la población Así también, es innegable que estas empresas buscan un rédito económico, y no debe sorprendernos porque es parte de su propósito.
‘Lo que no corresponde es poner en duda la legitimidad de una entidad médica y la veracidad de los resultados que informan diferentes investigadores en el mundo Es esta investigación cuestionada la que permitió adquirir importantes conocimientos sobre la estructura y función de los órganos genitales femeninos’.
Con relación a la prevalencia de estas disfunciones, Bechara señaló: ‘Una encuesta realizada por nuestro equipo del Durand en 384 mujeres con edad promedio de 40 años reveló que el 63% manifestó tener dificultades en la fase del deseo; el 30%, en la fase de excitación; el 31%, alteraciones en la lubricación, y el 29%, trastornos en la fase orgásmica Pero lo más importante es que el 24% de las encuestadas estaba poco satisfecha o insatisfecha con su vida sexual’.
La doctora María Victoria Bertolino, encargada del Departamento de Disfunciones Sexuales de Halitus, agregó: ‘Nos consultan por cuestiones que les ocasionan displacer, angustia o dificultades de relación Por ejemplo, matrimonios no consumados, falta de deseo sexual, mujeres con dolor durante o luego de la relación coital, o con falta de lubricación, o con fobias y aversiones ‘Ninguna de estas consultas es nueva Pero por mucho tiempo no se abordó bien la sexualidad femenina y eso generó temores y mitos.
‘La salud sexual implica el bienestar biológico, psicológico y social de todo lo relacionado con la sexualidad Como expresión integral, puede alterarse por algún trastorno del área biológica (hormonal, neurológica), psicológica (depresión, fobias) o social (género, aprendizaje, abuso) ‘En general, vemos consultas en donde es difícil separar las causas Por eso el abordaje debe ser interdisciplinario Pero para ninguna causa existe una ‘pastilla mágica’ Que la industria farmacéutica desarrolle drogas no implica que el médico (o el paciente) acepten usarlas ‘Los ensayos clínicos respetan normas y principios bioéticos definidos Toda actividad que se aleje de esto implica imprudencia y negligencia contra el individuo y la humanidad Diagnosticar enfermedades no existentes es tan malo como no diagnosticar las que existen Y desconocer la existencia de una condición es retrasar y/o negar su terapia Y esto es negligencia’.
Por Sebastián Ríos