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Por: Revista Mi Bebé | 16/04/16

Episiotomía en el parto: El corte necesario




Es una incisión quirúrgica que se efectúa en el periné para facilitar la salida del bebé por la vagina. ¿En qué casos se debe practicar? ¿Puede traer complicaciones? Recomendaciones útiles para su curación.

El periné es la región anatómica que corresponde al piso de la pelvis. Está conformado por el conjunto de partes blandas que cierran hacia abajo el fondo de la pelvis. Lo componen músculos y ligamentos comprendidos entre vagina y recto, y que mantienen la vejiga y el útero en su sitio. La episiotomía es la incisión con tijera en esta zona, de aproximadamente 3 a 4 centímetros. Puede hacerse en la línea media u oblicua (mediolateral). Se prefiere esta última por poseer un menor riesgo de daño al esfínter anal y recto.

Es una práctica común efectuarla durante el trabajo de parto cuando la cabeza del bebé es visible durante una contracción. Y si bien se encuentran bajo los efectos de la analgesia que se les ha suministrado durante todo el trabajo de parto, de ser necesario, el anestesiólogo puede utilizar anestésicos locales que bloquean la sensibilidad de los nervios de adentro y cerca de la vagina para evitar que haya más dolor. Sigue siendo una operación muy común en obstetricia. ¿Cuáles son las razones para su popularidad? Sustituye por una incisión quirúrgica limpia y recta a la laceración de bordes desgarrados que ocurriría con frecuencia de otro modo, y por acortar el período expulsivo del trabajo de parto. Según algunos autores, también serviría para evitar el trauma obstétrico y prevenir prolapso genital.

Cuándo se considera necesario

En América Latina, la episiotomía se practica hasta en un 90 por ciento de los nacimientos hospitalarios. Esto, comparado con Europa o Estados Unidos, donde hay publicaciones con menor proporción de casos.
Sin embargo, no parecen ser verdaderas las ideas sostenidas durante mucho tiempo de que el dolor postoperatorio es menor y la cicatrización mejora en comparación a un desgarro. Motivo por el cual, la episiotomía de rutina no debe ser realizada sino en caso de que se considere necesario, ya que según estudios recientes, podría incrementar la morbilidad materna.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) rechaza la episiotomía rutinaria, y solo la aconseja en caso de partos que presenten dificultades (con fórceps, de nalgas, etc), canal de parto estrecho, sufrimiento fetal o desgarros de tercer y cuarto grado mal curados.
La episiotomía puede tener algunas complicaciones: cicatrización doloros y molesta, reacción alérgica al hilo utilizado para la sutura, infección, dispaurenia (dolor durante las relaciones sexuales) transitoria, edema, etc.

Lo que hay que tener en cuenta

Para una rápida curación, la higiene es muy importante: se debe mantener la zona limpia y seca. Para lavarla, se efectúa un baño diario (con ducha, no baño de inmersión; es decir, externa, nunca interna). Después de cada deposición y cuando sea necesario, se puede utilizar la técnica de arrastre vertiendo agua (pudiendo agregar jabón neutro sin perfume) sobre el periné, de adelante hacia atrás, secando con gasas o compresas (o con toalla limpia) y dando pequeños toques, nunca arrastrando. No es aconsejable lavarse más de dos veces al día, porque el exceso de humedad dificulta la cicatrización. Se aconseja utilizar compresas de algodón para posparto y cambiarlas con frecuencia para mantener la zona siempre seca.
La aplicación de hielo local, envuelto en una toalla en forma intermitente, puede reducir la inflamación en la zona durante las primeras 48 horas.
El hilo de la sutura es reabsorbibles, por lo tanto, no es necesario retirarlo si no hay molestias. Es recomendable el uso de flotador para sentarse, ya que los puntos podrían abrirse. Es preferible hacerlo sobre un almohadón. Al cicatrizar los puntos, éstos pueden producir molestias, por lo cual se puede recurrir al uso de analgésicos, siempre consultá con el médico.
En el caso de observar los puntos inflamados, enrojecidos, con una secreción blanquecina o los bordes de la herida muy separados, se debe informar al médico.
En cuanto a la alimentación, lo ideal es aumentar el consumo de alimentos que favorecen el tránsito intestinal (fibras, cítricos, ciruelas, cereales) y abundante líquido para evitar la constipación.
Con respecto a la vida sexual, se recomienda que las relaciones sexuales no se inicien antes de 3 o 4 semanas, porque se puede abrir la herida, teniendo en cuenta que es posible que la cicatrización no haya ocurrido completamente y persista el sangrado. Luego de este tiempo, si las condiciones de salud, disposición y deseo lo permiten, se puede reanudar la actividad sexual, o aguardar hasta que estas condiciones se den.
Para iniciar la actividad física, conviene esperar de 4 a 6 semanas tras el parto. El dolor de la episiotomía y el sangrado persistente son dos causas que indican que es mejor aguardar para comenzar a hacerla. Por este motivo, el alta médica para el ejercicio debe ser individualizada. Hay que tener en cuenta que el cansancio es común en esta etapa, dada la dedicación al bebé, por lo cual no quedan muchas energías para la actividad física. Además, no es bueno sobreexigirse.

Asesoró: Dr. Agustín Pasqualini, especialista en ginecología y obstetricia y director médico de Halitus Instituto Médico.