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Por: Cómo estar bien | 03/10/08

Enfermos imaginarios


Hipocondría: Van de médico en médico porque piensan que están enfermos. Pero en realidad no lo están... ¿Por qué lo sospechan y hasta presentan síntomas concretos? ¿Cómo saber lo que lessucede? ¿Cómo ayudarlos? En este informe te contamos todo sobre los hipocondríacos para que sepas qué los lleva a esta situación y cuáles son las alternativas para abordar un problema que no es imaginario.

Hacen recorridos médicos y habitualmente no aceptan que los doctores les digan que «no tienen nada». Se informan por medio de revistas o Internet sobre las enfermedades que creen que padecen e insisten con los profesionales para que les realicen toda clase de análisis clínicos. Según la licenciada Patricia Pérez, del Departamento de Psicología de Halitus Instituto Médico, la característica principal de los hipocondríacos es que magnifican hasta el más mínimo síntoma. Por ejemplo, sienten dolor en la garganta y creen que tienen angina o algo más grave y presentan una preocupación exagerada por su salud. «Ante la enfermedad son monotemáticos, y están hablando todo el tiempo de las diferentes patologías. Investigan acerca de esto, buscan información y la búsqueda y la detección de los síntomas pasa a ocuparles ´todo´ el tiempo físico y psíquico en sus vidas», señala.
«Con alguna frecuencia la posibilidad de hipocondría resulta bastante evidente en la primera consulta. En otros casos, surge luego de algunas entrevistas. Efectuados los exámenes que correspondan a cada caso, con el cuadro clínico, el diagnóstico queda establecido», indica doctor Fabio Deferrari, médico clínico del Instituto Loria -Dr. Enrique Rossi. Y aclara que si bien los estudios que se le hacen descartan una enfermedad orgánica, la hipocondría es una enfermedad en sí misma. Y comenta que cuando los análisis no dan cuenta de ningún problema físico, «expresan dudas al respecto, posibilidad de error en los exámenes o conformidad, que es transitoria, manteniéndose la situación en el tiempo». Por otra parte, Francisco Lozano, licenciado en medicina y cirugía por la Universidad de Sevilla y médico especialista en medicina familiar y comunitaria, explica en su libro El enfermo imaginario que muchos hipocondríacos están convencidos de que los médicos no los comprenden, y llegan a sentirse maltratados al no recibir la atención que ellos creen merecer.
Para poder identificar «el camino de la hipocondría», Lozano propone evaluar ciertos criterios que la definen en su máximo grado:


• Preocupación en general por el cuerpo.
• Temor a la enfermedad.
• Existencia de síntomas físicos.
• Convicción de estar enfermo.
• Realización de conductas propias de enfermos.
• Negativa insistente a aceptar las explicaciones y las garantías
reiteradas de los médicos que le dicen que «tras los síntomas no se esconde ninguna enfermedad ni anomalía sintomática».


Así es que si estás empezando a pensar que reunís condiciones para considerarte hipocondríaca, Lozano entiende que debés hacerte una última pregunta: ¿creés que esta preocupación te ocasiona problemas lo suficientemente importantes como para interferir de forma sustancial en la marcha de tu vida? Si opinas que es así, aconseja buscar qué cosas no podés hacer debido a ellos y que sean importantes para vos. «Hecha esta última reflexión, tenés ya en tu mano conclusiones suficientes para reconocer tu situación con respecto a la enfermedad o la de esa persona cercana en la que estás pensando», dice.


Una persona que sufre


¿Por qué los hipocondríacos se creen enfermos cuando no lo están? «Esto tiene que ver con lo propio de la patología. No lo pueden elaborar psicológicamente o no piden ayuda, no buscan alternativas, un espacio para trabajar y resolver lo que les sucede», explica la licenciada Pérez y continúa «este padecimiento cumple, para el paciente, alguna función, ´está para algo´, y mientras no lo puedan resolver de otra manera (con asistencia psico-terapéutica) lo van a seguir padeciendo». Por eso, Pérez cree importante recordar que el paciente hipocondríaco sufre y esto le impide llevar a cabo una vida normal. «Expresan inseguridad, baja autoestima, ante cualquier situación de presión se empiezan a sentir mal, les duele algo, creen que es grave, se preocupan: es un círculo que se retroalimenta», asegura.
«El tratamiento psicológico es el único recurso terapéutico útil», considera el doctor Deferrari. Sin embargo, la licenciada Pérez dice que si bien lo ideal sería que los médicos los deriven a una consulta psicológica, esto sucede en raras ocasiones. Y aclara que depende de la mirada del profesional y de la apertura que éste tenga. «Pensemos que el paciente, al focalizar sus emociones en un solo órgano, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales», señala. Respecto de esto, Lozano señala que los hipocondríacos son tildados por el personal sanitario de quejumbrosos, pesados o impertinentes, pero realmente se encuentran mal, y no se quejan por gusto o de vicio. «Esta percepción del paciente da lugar a situaciones constantes de desajuste en su relación que conducen a enconos tan innecesarios como contraproducentes para una relación donde la empatia debe ser la nota dominante para, de esta forma, poder llegar a un diagnóstico adecuado y una terapia satisfactoria», expresa en El enfermo imaginario.
A su vez, Pérez indica que se puede tratar al hipocondríaco con técnicas cognitivo-conductuales para que la angustia disminuya, y con terapia sistémica, en la que se trabaja también con la familia del paciente ya que se trata de un problema real, que no tiene que ver con el que el paciente refiere. «Terapéuticamente se aspira a que pueda retomar su vida, que pueda disfrutar de ella, que cuente con las herramientas y recursos internos para que, cuando atraviese por situaciones que le generen presión, como la toma de decisiones importantes, él cambio de empleo o de pareja, no recurra nuevamente al cuadro», concluye.


Jazmín Rocca Agradecemos a:
• Lic. Patricia Pérez. Departamento de Psicología de Halitus Instituto Médico.
• Dr. Fabio Deferrari. Médico Clínico del Instituto Loria – Dr. Enrique Rossi.


FIN DEL TRATAMIENTO


Estos son algunos de los criterios que debieran cumplirse antes de dar por finalizado el tratamiento:
• Conseguir formas más adaptativas de resolver los conflictos que actuaban como «mar de fondo» en las diversas áreas de su vida, logrando mejorar la autoestima, la capacidad de aserción, relaciones interpersonales, laborales, etc.
• Desaparición de la clínica ansiosa y/o depresiva asociada al proceso, al igual que cualquier otro síntoma psíquico que hubiese estado presente.
• Asegurarse de que la nueva conceptualización sobre salud y enfermedad ha sido asimilada, evidenciándose la aparición de criterios más objetivos y desprovistos de su antiguo hábito distorsionador amenazante.
• Desaparición objetiva de la sintomatología y buena tolerancia ante su reaparición o persistencia.
• Atribución adecuada de las sensaciones percibidas.
• Reinstauración completa de su funcionalidad personal, familiar, laboral y social.


Fuente: Lozano, F. El enfermo imaginario. Alrnuzara.


PARA SEGUIR LEYENDO


• Lozano, F. El enfermo imaginario.
Almuzara.


WOODY ALLEN DICE QUE NO


El actor y director Woody Allen dice que no es un hipocondríaco. Pese a los rumores que siempre hubo sobre Alien, él desmiente a los que lo que lo rotulan de este modo, y sostiene que en realidad, es un alarmista porque tiende a exagerar lo pequeño que efectivamente le sucede, y no a imaginar que está enfermo cuando no lo está…


HIPOCONDRÍA Y MEDICACIÓN


Dada su singular y exquisita forma de percibir sensaciones, pueden desarroliar efecto nocebo, es decir, cualquier medicación les produce intolerancia por inocua que sea, en especiaí, si con anterioridad se ha creado una situación de alerta al leer los posibles efectos secundarios en el prospecto que preceptivamente deben incluirse en las cajas de las presentaciones farmacéuticas», dice Lozano en El enfermo imaginario y Deferrari completa que en general no son propensos a automedicarse, ya que la situación de temor alcanza también a los medicamentos.


UNA MALA CONSEJERA: LA APRENSIÓN


Según Francisco Lozano la aprensión es algo frecuente en la población, siempre que se la considere una escala con diversos grados de miedo ante la posibilidad de estar enfermo. «Nos hace sensibles ante temas de salud y, potencialmente, nos ocasionará respuestas emocionales y conductas desproporcionadas ante una subjetividad peculiar de percibir los estímulos de forma alarmante y supervalorada. Podemos decir, por tanto, que la aprensión es la llave maestra de la hipocondría», asegura en El enfermo imaginario.