Durante el embarazo se suceden una serie de cambios que tienen que ver tanto con alteraciones hormonales como con una serie de factores que se desencadenan por la presencia del bebé dentro del vientre materno. La estética corporal se ve amenazada, pero cada embarazada puede de alguna manera, frenar o al menos disminuir las consecuencias más negativas.
Celulitis: la alteración en el drenaje linfático y venoso puede hacerla aparecer o agravarla. Para evitarlo:
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Estrías: para prevenirlas, la medida fundamental es controlar la dieta para evitar cambios bruscos y exagerados de peso. Además, se debe mantener la piel hidratada con cremas con alto contenido en vitamina A.
Várices: el aumento de peso, la disminución en la actividad muscular especialmente de miembros inferiores, las posiciones anómalas, la ropa inapropiada y especialmente la compresión de venas pélvicas por el mismo bebé pueden llevar a una insuficiencia venosa con distensión de vasos en diferentes sectores del cuerpo (hemorroides, várices vulgares, várices en miembros inferiores). En general, se revierten casi por completo después del parto. Sin embargo, es conveniente:
Hiperpigmentaciones en la piel: se producen porque aumenta la emisión de la hormona Melanocitoestimulante que fija el pigmento melánico de la piel. Por eso, se deben evitar las exposiciones directas al sol durante las horas pico y usar siempre protector solar con factor de protección alto (más de 30). No se pueden realizar tratamientos de las manchas durante el embarazo, ya que ello requiere de una dermoabrasión.
Fuente. Departamento de Medicina Estética y Cirugía Plática de Halitus Instituto Médico.