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Por: Revista Nacer y Crecer | 01/05/15

Endometriosis: Nuevos tratamientos para lograr el embarazo


Alrededor del 40% de las mujeres con dificultades para lograr el embarazo y del 8% al 10% de las mujeres en edad reproductiva padecen de endometriosis. Qué puede hacerse y como enfrentarla en casos de infertilidad.

Cuando se encara un tratamiento de infertilidad, no necesariamente es relevante saber si la mujer padece o no de endometriosis.

Hay mujeres que la tienen y sin embargo pueden lograr el embarazo – incluso desconociendo que la poseen-, existe otro grupo que no logrará el embarazo por otros motivos y finalmente, un grupo no logrará la gestación a causa de esta dolencia. Se denomina endometriosis al tejido endometrial ubicado por fuera de la cavidad uterina: en la cavidad peritoneal, en la pelvis o puede ser a distancia también- cosa menos frecuente- y puede presentarse en forma de quistes en los ovarios cuyas imágenes ecográficas son características y posibilita realizar el diagnóstico por ecografía.

Tipos de endometriosis
Existen dos tipos: la endometriosis uterina interna, en la cual la capa basal del endometrio invade la pared muscular del útero, esas glándulas responden menos a las hormonas, cambian menos durante el ciclo y puede alterar la pared del útero y afectar en algunos casos la fertilidad; y la endometriosis uterina externa que se divide a su vez, en peritoneal, aquella que genera focos en esa zona, y la endometriosis q9ística ovárica que se manifiesta por la presencia de un quiste en el ovario. Ese quiste puede perjudicar mecánica-mente el desarrollo folicular en ese ovario.

Según estudios realizados por el MD Robert Barbieri, el crecimiento y el funcionamiento de la endometriosis dependen del estímulo que reciba de estrógenos y progesterona producidos por los ovarios en la mujer en edad menstrual. La condición es más común en mujeres caucásicas, de entre 25 a 29 años y menos probable en mujeres mayores de 44 años.

Diagnóstico
La única forma de diagnosticarla es mediante una cirugía laparoscópica que consiste en la introducción de una cámara de fibra óptica en la cavidad abdominal por una pequeña incisión que permite la inspección de los órganos de la zona pélvica y admite luego estudiar bajo el microscopio parte del tejido sospechoso extraído durante la cirugía.

Aunque algunos estudios sugieren la utilización de la resonancia magnética nuclear o de la tomografía computada para establecer la presencia de endometriosis, lo cierto es que la primera sólo puede ser útil para de-finir mejor una sospecha planteada por ecografía pero tiene poca sensibilidad para detectar el grado de endometriosis o las lesiones peritoneales; y la segunda no posee utilidad salvo para la detección de endometriosis -quistes de endometriosis en los ovarios-.

Síntomas
A pesar de esto, y aunque en ocasiones puede ser asintomática, se debe estar atentos a algunos de los siguientes síntomas:

• Dismenorrea, cólicos a dolor durante el período menstrual (éste suele ser uno de los primeros síntomas).
• Cambios intestinales durante el período menstrual (mallar estreñimiento o menor pera siempre distinto de aquella que le sucede fuera del período).
• Infecciones urinaria frecuenta o irritación en la zona durante el período menstrual. Dolor durante el coito (dispaurenia).

Existen además, algunos factores de riesgo a tener en cuenta:
• Ningún embarazo que resulte en el nacimiento de un bebé.
• Madre con endometriosis (7% de probabilidad).
• Ciclos menstruales breves, menores a 27 días con flujo prolongado de 8 días. (2% de probabilidad).
• Obstrucción parcial o completa del flujo menstrual normal.

Las condiciones que disminuyen la frecuencia del san-grado menstrual reducen el riesgo de endometriosis. Por ejemplo el embarazo, períodos menstruales ausentes y el uso prolongado de píldoras anticonceptivas.

Nuevos tratamientos
No hay un mejor tratamiento. Debe tenerse en cuenta cuál es la principal preocupación de esa mujer: ¿la búsqueda de un embarazo, la presencia de una masa pélvica o el dolor? Muchas veces, ante una endometriosis leve el mejor tratamiento es esperar, tratar las molestias y comenzar con la toma de pastillas anticonceptivas. Además, se están desarrollando nuevos tratamientos, como el dispositivo uterino liberador de levonorgestrel, los inhibidores de la enzima aromatasa, fármacos inmuno moduladores, moduladores selectivos del receptor de estrógenos y progesterona, inhibidores de la angiogénesis, y las estatinas.

Los tratamientos clásicos se basan en fármacos que suprimen los esteroides ováricos e inducen un estado de hipo estrogenismo que produce la atrofia del endometrio ectópico, mientras que los tratamientos inmuno moduladores limitan los efectos secundarios negativos sobre el endometrio sin afectar el deseo de la paciente de quedar embarazada, ya que no inhiben la ovulación ni afectan la implantación.

Un objetivo importante para la investigación actual es determinar terapias eficaces que pueden administrarse de forma segura a largo plazo.

Dentro de estas líneas se encuentran los fármacos anti-inflamatorios y moduladores del sistema inmune. Este área de investigación puede resultar de vital importancia en el un futuro próximo a fin de desarrollar una terapia que podría prevenir o erradicar la endometriosis y no sólo aliviar los síntomas.

La relación con la infertilidad ¿Qué pasa cuando el diagnóstico por infertilidad es endometriosis? El grado de la enfermedad determina en gran medida los mecanismos de la infertilidad relacionados a la presencia de endometriosis.

Algunos estudios apuntan que la presencia leve -grado I o II- provoca un proceso inflamatorio que dificulta el buen funcionamiento ovárico, tubárico, peritoneal y endometrial generando que la génesis folicular – el pro-ceso de maduración de un óvulo-, la fertilización y la implantación sean defectuosas.

En casos de búsqueda de embarazo, la permeabilidad de las trompas, la cantidad de espermatozoides aceptable y que la paciente esté calificada para el tratamiento permite realizar una inseminación intrauterina que puede resultar en embarazo.

Otros estudios sostienen que existe una relación entre endometriosis moderada y severa y la infertilidad.

Así, establecen que las adherencias provocadas por una endometriosis de mayor grado evitan la liberación del ovocito, bloqueando el ingreso de los espermatozoides en la cavidad peritoneal o inhibiendo la llegada a las trompas de Falopio.

En casos de endometriosis quística de ovarios, no siempre es recomendable realizar una cirugía para extirparlos.

La intervención es relevante en estos casos y la conveniencia o no de realizarla es tema de evaluación médica, porque es posible que una mujer logre el embarazo aún con la presencia de los quistes o, en caso de realizar una fertilización in Vitro, no es imprescindible extirparlo previamente.

Por otra parte, no hay que perder de vista que cada cirugía de un quiste inevitablemente implica extirpar también tejido sano, afectando así la vascularización del ovario, y, en el caso de recidiva (nueva aparición), cada nuevo procedimiento reduciría la masa ovárica que en definitiva es la contiene los óvulos (a menor masa ovárica, menor cantidad de óvulos).

Hace unos años, al comenzar un tratamiento de fertilidad solía realizarse una laparoscopía para determinar la presencia o el grado de endometriosis de una paciente.

Actualmente, si se lleva adelante una laparoscopía y se halla endometriosis, es considerado un elemento a tener en cuenta pero no puede establecerse que esa fuera la razón que impedía el logro del embarazo. Cada caso deberá ser evaluado individualmente, considerando las características propias, los deseos de embarazo de esa mujer, el grado y el tipo de endometriosis.

De allí que los tratamientos posibles son absolutamente particulares y pueden presentar más de una opción para esa paciente.