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Por: El Día | 16/09/07

En busca de la libido pérdida


La ciencia ha descubierto recientemente el rol que cumplen los andrógenos en el cuerpo femenino, determinando pequeñas dosis de complemento a partir de la menopausia para que la mujer prolongue la etapa placentera de la vida en pareja


La vida hormonal, tanto de hombres como de mujeres, está fuertemente ligada a las variaciones hormonales que ocurren a lo largo de la vida, se trate de andrógenos (hormonas masculinas) o estrógenos (hormonas femeninas). Pero ambos, están presentes tanto en el hombre como en la mujer, en diferentes cantidades. En el hombre, los andrógenos fundamentalmente tienen a su cargo el desarrollo de caracteres sexuales y todo aquello relacionado con la fertilidad. En la mujer, si bien no es la hormona capital, existe en menor cantidad.

El deseo sexual es definido científicamente como la inclinación o el ánimo a tener relaciones sexuales con otra persona. La respuesta sexual humana posee un mecanismo de relojería donde la mínima alteración puede producir una modificación que derive en la falta de deseo. Se calcula que el 45% de las mujeres que entran en la etapa de la menopausia presentan esta disfunción. Para algunas, este período es un reto por las dificultades físicas y emocionales que aparecen; para otras, es un momento de plenitud personal, y en algunos casos es una combinación de ambas, que requiere un esfuerzo adicional y el apoyo de su entorno familiar, laboral y social.

EQUILIBRIO HORMONAL

Durante el climaterio es fundamental que las hormonas estén en equilibrio, tanto los estrógenos y la progesterona como los andrógenos; porque, si bien la testosterona no es la hormona principal en la mujer, actúa también, en la esfera sexual, generando los clásicos cambios de estado de ánimo, fatiga muscular, etc.

Durante la vida fértil de la mujer, los andrógenos son producidos por la glándula suprarrenal y los ovarios. Al entrar en menopausia, la mayor cantidad es producida fundamentalmente por el ovario. Es por eso que no todas las mujeres presentan disminución de andrógenos al entrar en esa etapa, estudio que debe solicitar el médico para individualizar que paciente cuenta con esta deficiencia. Se sabe que, las mujeres que presentan mayor cantidad de síntomas son las que no poseen sus dos ovarios (oforectomizadas bilaterales) y tienen mayor deficiencia de andrógenos.

El diagnóstico se hace mediante un dosaje de testosterona total y biodisponible e incluso, un dosaje de dehidroepiandrosterona. Luego de realizar distintos estudios se descubrió que pequeñas diferencias en los niveles normales de hormonas sexuales masculinas-testosterona y dehidroepiandrosterona (DHEAS)- tanto en el hombre como en la mujer, pueden provocar la disminución o eventualmente el aumento de deseo.

El descubrimiento de la función directa que ejercen sobre el desencadenamiento del deseo sexual dio lugar a un nuevo tratamiento a base de estas hormonas que consiste fundamentalmente en adaptar la medicación disponible para hombres a la dosis necesaria para mujeres. Siempre debe darse aquello que se conoce como "dosis fisiológica", ya que, con una "dosis suprafisiológica" pueden aparecer efectos adversos como vello donde antes no había, hipertrofia del clítoris y hasta en algunos casos cambios en la voz.

FALTA DE DESEO SEXUAL

El principal ayudante del deseo, tanto en hombres como en mujeres es la hormona masculina, y la disminución de testosterona en el cuerpo femenino pueden causar: fatiga, cansancio, pérdida de la sensación de bienestar y disminución de la libido (Síndrome de insuficiencia androgénica).

Hace años, la posibilidad de diagnosticar la falta de deseo sexual tenía que ver fundamentalmente con que la mujer pudiera manifestarlo al médico y se determinara el uso de parches de testosterona – existen en el mercado europeo pero no en Argentina-. Al respecto, los investigadores elaboraron un cuestionario básico dirigido a todas las pacientes que permite a todos los profesionales hacer el diagnóstico. En los casos de déficit notorio se recomienda el uso de un parche con bajas dosis de testosterona para mejorar la libido de las mujeres que manifiestan los síntomas.

Pero, la falta de deseo también puede deberse a la aparición de cualquier otro problema sexual como: la falta de orgasmo o anorgasmia que influye en el propio deseo e incluso en el del otro, la impotencia, la dispareunia (dolor) o la eyaculación precoz y, en estos casos, debe tratarse primero, la patología de base.

Ocurre que, debido al aumento de la expectativa de vida de la población en general, las mujeres viven cerca de un 30% de su existencia después de la menopausia. Fenómeno que hoy analizan los profesionales del campo ginecológico, para indicar los cuidados y la prevención que requiere este momento. Es fundamental, que la mujer visite al médico, realice los controles y los tratamientos adecuados que la lleven a una vida sexual plena.

Fuente: Dra. Rosana Molina, miembro del departamento de Climaterio, Menopausia y Osteoporosis de Halitus Instituto Médico