Pasaste los cuarenta, tu deseo de ser mamá permanece intacto, pero tenes algunos miedos. «Los controles que se le hacen a una embarazada de más de cuarenta años son los mismos que los que se le realizan al resto. Tendrá que tomar ácido fótico tres meses antes de empezar la búsqueda y se chequeará el riesgo de enfermedades infecciosas», explica el Dr. Gustavo Varán, obstetra del Sanatorio Otamendi. Al tiempo que aclara que se procede de esta manera siempre y cuando se trate de parejas que no tengan dificultades para lograr el embarazo; de ser así serán necesarios otros estudios específicos y aconseja técnicas de alta complejidad.
Específicos
En cuanto a los estudios de rutina, el especialista indica que son los mismos que se realizan a una mujer más joven, pero que hace especial hincapié en los antecedentes genéticos, de otros embarazos, de enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad, enfermedades tiroideas. «Se busca que la paciente quede embarazada en las mejores condiciones posibles. Independientemente de si ya tuvo hijos o de si se trata de un primer embarazo», asegura Varán. Además aconseja que acuerde con su médico qué estudio se va a realizar para determinar las posibilidades de que el bebé tenga algún problema. «Hay estudios de confirmación cromo-sómica (que analizan los cromosomas del bebé) como la biop-sia coriónica que se realiza entre la semana once y la catorce de embarazo. Consiste en extraer una muestra de vetloádades coriales (la futura placenta) y verificarla. También se puede hacer una punción de líquido amniótico, cuya confíabilidad, al igual que el anterior, es del 99.8%», explica el Dr. Varan. Por otro lado -prosigue el obstetra- están los estudios de probabilidad estadística como el triple test, que también se realizan entre las semanas once y catorce, en el que se hace una ecografía para medir la traslucencia nucal (el diámetro de la nuca del bebé), observar la presencia de hueso de la nariz y se hace una extracción de sangre. Éste tiene una con-fiabilidad del 75 al 80%.
De a dos
Al momento de decidir la búsqueda de un hijo, no sólo la edad de la mujer cuenta. También habrá que considerar cuántos años tiene el papá. «El riesgo de alteraciones genéticas se encuentra incrementado por la edad de la embarazada a partir de los treinta y cinco años; y por la edad del hombre a partir de los cuarenta y cinco», manifiesta el especialista y recomienda acudir a un genetista antes de la concepción, en caso que hubiese antecedentes de alguna enfermedad genética en la pareja.
por Paula Labonia / fotos; Luis Rosendo Producciones Fotografícas – Getty Images.
Asesoró: Dr. Gustavo Varán, obstetra del Sanatorio
Otamendi, M.N.: 55.022.
Tienen su tic-tac
Un estudio del Centro Eylau para Reproducción i de París, Francia, indica que el reloj biológico de los hombres también tiene un punto de inflexión a los cuarenta años. Según los especialistas, al ingresar a la cuarta década de vida se reducen las posibilidades de ser padre. La investigación se basó en el estudio de más de 12.000 parejas sometidas a tratamientos de fertilización in vitro. Se comprobó lo que ya se sabía de que la edad materna influía en la capacidad de concepción, pero también se pudo probar que los hombres que tienen más de cuarenta tienen menos posibilidades de lograr un embarazo exitoso. De hecho de las 12.000 parejas estudiadas, sólo el 10% lo logró. Los especialistas relacionan la causa de los problemas en la fertilidad masculina a ciertos daños del ADN en el esperma y aseguran que en todos los casos se les analizó la motilidad y morfología del mismo.
Exhaustivamente
En una mujer de más de cuarenta años que busca quedar embarazada se debe evaluar su reserva ovárica, su estado clínico y psicológico para pautar el tratamiento. El pico de fertilidad en una mujer se da alrededor de los veinticinco años y comienza a descender lentamente a partir de los treinta y más significativamente a los treinta y cinco. A los cuarenta el declinar del funcionamiento ovárico puede ocurrir en cualquier momento. Pero, además, a esta edad hay mayor riesgo de que el bebé tenga enfermedades genéticas o malformaciones congénitas y por eso, para los casos de reproducción asistida, existen métodos para analizar el embrión antes de transferirlo al útero. En el caso de las mujeres embarazadas, la recomendación es realizar los estudios prenatales que pueden anticipar algunos problemas de salud del bebé y tomar las precauciones necesarias. Toda mujer que se embaraza debería recibir una evaluación del estado del bebé entre las semanas once y catorce del embarazo, independientemente de su edad. Y es importante que sepan que postergar el embarazo aumenta las posibilidades de infertilidad y de anomalías.
Por el Dr. Sergio Pasqualini
Ginecólogo, especialista en fertilidad, director del Instituto Médico Halitus, M.N. 39.914.