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Por: Para Tí Mamá | 07/10/07

El regalo esperado


Susana Gentile cumplió el sueño que albergaba desde chica: tener un hijo. La llegada de Bruno a su vida, fue posible gracias a un tratamiento de ovodonación. Hoy, festeja junto a él, su primer Día de la Madre.


Susana recibe al equipo de Para Ti Mamá con Bruno en sus brazos. Su expresión es la de una mujer plena y feliz. Nos pide cinco minutos antes de comenzar la nota. Quiere terminar una tarea que dejó a medio hacer: amamantar a su hijo de un mes.
A quien corresponda: escribo este mail con la esperanza de encontrar un corazón sensible y lleno de bondad. Mi nombre es Susana de Gentile, tengo 42 años, nací el 14 de agosto de 1963 con un solo ovario”. Así comenzaba la Carta de Lectores, que Susana escribió a Clarín, el 13 de agosto de 2006. Su desesperanza había llegado a un punto cúlmine. Desde el año 2000, ella y Basilio, su pareja, habían emprendido el arduo camino de realizar estudios, consultas y probar con métodos de inseminación. “Uno espera los tiempos normales que te dice la ginecóloga, seis meses, ocho meses, y si no quedás embarazada, empezás ya con los estudios, a ver qué es lo que está pasando, -cuenta Susana-. En ese momento, nos sugirieron hacer un tratamiento de fertilidad en un hospital público. Fuimos al Hospital Rivadavia y con el tiempo, la junta médica decidió hacer un procedimiento de inseminación porque, de forma natural, no se iban a unir el óvulo con el espermatozoide”. Ninguna de las dos transferencias de óvulos fecundados que realizaron entonces tuvo éxito. Pero aún con el tiempo biológico en contra y sin dinero para seguir probando, Susana no resignaba el deseo de que un hijo creciera y se desarrollara en su vientre. Pensó, entonces, en una última posibilidad: apelar a la solidaridad de quien contara con los medios para ayudarla.

Llamado a la solidaridad
“Desde chica, quería ser madre. Era la típica Susanita de Mafalda: la casa, el marido y los hijos. La desesperación y el no querer darme por vencida, me impulsaron a escribir la carta. Yo pensaba: “¡esto no puede ser, alguien me tiene que ayudar!” Yo iba a agotar todos los recursso. A donde se imaginen, yo mandé una carta solicitando ayuda”, relata Susana mientras bruno duerme sobre su pecho. Sus pedidos se hicieron oír, y la ayuda llegó: el laboratorio Organon donó los medicamentos y Halitus Instituto Médico brindó el tratamiento adecuado. Así, luego de meses de espera y con el camino allanado, la pareja alcanzó el sueño anhelado: un embarazo que le diera sentido a sus vidas. “Yo nunca había pensado en la posibilidad de la ovodonación, pero cuando vimos que con mis óvulos no iba a funcionar, tuvimos que detenernos a pensar en todo lo que esto implicaba: si el bebé iba a ser mi hijo, siendo que era otra mujer la que donaba sus óvulos. Yo pensé: va a ser mío igual, porque lo voy a tener en mi vientre, que es lo que yo quería, se va a desarrollar con mis nutrientes, con mi sangre. Ahora ya no pienso en eso. Es mío, creció en mi panza y es lo que disfrutamos”, comenta Susana.

Alcanzar el sueño
Atrás quedaron ya los años de angustia y sufrimiento, de búsquedas sin resultados. Ahora, Susana y Basilio, tratan de sincronizar sus tiempos para afrontar esta nueva etapa en su vida, la de ser padres. “Estoy sin dormir- confiesa Susana- pero yo disfruto todo: la sonrisa de bruno, cuando queda satisfecho después de tomar el pecho,verlo crecer. Es increíble verme amamantándolo. Con mi marido nos pasamos horas mirando cada movimiento, cada gesto. Toda mi intensidad emocional la deposité en él, era todo lo que yo quería-dice Susana mientras acaricia suavemente la piel de su hijo recién nacido- Todavía no reaccionamos, no podemos creerlo. Estamos viviendo un sueño, en el que ocurrió un milagro y del que todavía no despertamos. Si hay mujeres que desean tener hijos, tanto como lo deseé yo, y tienen dificultades para lograr un embarazo, les recomiendo que hagan lo imposible, porque ser madre te cambia la vida”.

REPRODUCCIÓN ASISTIDA
“La función ovárica está relacionada en forma directa con la edad: el período más fértil de la mujer es alrededor de los 25 años y disminuye lentamente hasta los 30, acentuándose a partir de ese momento. A los 40, los óvulos se agotan y presentan cada vez más fallas. Por eso, es comprensible que muchas mujeres, lleguen a la necesidad de una ovodonación si quieren concebir – señala el Dr. Eduardo Lombarda, sub-director del Instituto de Ginecología y Fertilidad IFER, y prosigue- La ovodonación es la técnica de reproducción asistida que ofrece mayores posibilidades de embarazo (alrededor de un 45% de resultados favorables). Los óvulos son donados por mujeres sanas, fértiles y jóvenes, e inseminados con el semen del varón de la mujer receptora. Luego, son transferidos en la mujer receptora que desea obtener el embarazo, previa preparación de su endometrio”.