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Por: Revista Caras | 30/09/08

El papel de la alimentación en la osteoporosis


Por el aumento de la expectativa de vida de la población, es esperable que la mujer viva cerca de 25 a 30 años más luego de la menopausia, por lo cual es de suma importancia aprender los cuidados y prevenir trastornos en esta etapa.

Para ciertas mujeres este período es un reto por las dificultades físicas y emocionales que conlleva, para algunas es un momento de plenitud personal, mientras que para otras resulta una combinación de lo anterior, y requiere un esfuerzo adicional por cuanto necesita el apoyo de su entorno familiar, laboral y social. Cada mujer vive de manera diferente la llegada de la menopausia pero el seguimiento médico, la información y la prevención pueden marcar la diferencia entre padecer los cambios y entender que esta es una parte más de la vida. Desde la adolescencia la mujer debe prestar suma atención a sus huesos, ya que la disminución de masa ósea no presenta síntomas, por eso que se la llama «enfermedad silenciosa». Como parte del proceso de envejecimiento, durante este período que, en promedio, se presenta en la mujer argentina alrededor de los 52 años, las células que destruyen el hueso viejo son más activas que las que lo construyen provocando una pérdida significativa de hueso. «Es preciso realizar la prevención desde la adolescencia, con la dieta, el ejercicio y los cambios de hábitos. Existen algunos factores de riesgo como la genética, el sedentarismo y el consumo de corticoides, entre otros. Además, algunas de estas pacientes generalmente consumen o consumieron hormona tiroides, que impacta sobre el hueso. El control debe empezar desde la primera menstruación; si no existía una buena masa ósea inicial una vez llegado el momento a esto se le suma la pérdida que se produce espontáneamente por la menopausia», expresa la Dra. Rosana Molina.


Detección y tratamiento: Para detectar la presencia de osteoporosis se realiza una densitometría, un estudio sencillo que consiste en determinar mediante el uso de un aparato especial la cantidad de masa ósea. «Si existen factores de riesgo es conveniente realizarse este estudio antes de llegar a la menopausia y repetirlo una vez por ario, caso contrario una vez cada dos años es lo más recomendable. En cuanto a la selección del tratamiento más adecuado para cada mujer está relacionado con su historia, sus necesidades y la etapa de la menopausia en la que se encuentre», explicó la médica. El tratamiento para esta patología son los llamados bifosfonatos, sustancias que impiden que el hueso se reabsorba, deteniendo un proceso natural de renovación ósea. «Dentro de los bifosfonatos se encuentran los alendronatos y los risendronatos cuya indicación es de una toma semanal, los ivandronatos que son indicados mensualmente y lo novedoso son los zolendronatos que se aplica una ampolla por ario», expresa la Dra. Molina.


La alimentación: calcio y vitamina D: El calcio y la vitamina D son fundamentales para prevenir y combatir la osteoporosis. Si bien las mujeres ingieren un promedio de 700 y 800 mg diarios de calcio en la dieta, lo recomendable en esta etapa es ingerir entre 1.200 y 1.500 mg por día. Los alimentos ricos en calcio son: leche y derivados, bróculi, pescados y nueces. La vitamina D juega un papel fundamental en la absorción del calcio y a partir de los 60 años disminuye la enzima que permite que esta vitamina absorba el calcio a nivel instestinal, complicando la correcta absorción, y es por ello que se recomienda la incorporación de vitamina D y la exposición al sol. La mayor producción de vitamina D se obtiene por exposición (moderada) a los rayos ultravioleta del sol y por la ingesta de salmón, sardina, caballa, huevos e hígado.


Prevención y cambios en el estilo de vida: –Realizar actividad física aeróbica. Es importante no sólo para la regeneración del hueso sino para aumentar el tono y el trofismo muscular y evitar así las fracturas. Debe ser adecuado a la edad y a las características particulares de cada paciente, por eso es conveniente consultar con el médico, y evitar aquellos ejercicios que incluyan flexiones o movimientos bruscos.
–  Mantener una dieta balanceada, con adecuada cantidad de vitaminas (fundamentalmente D y E), minerales (calcio) y pocas grasas saturadas. Se deberán tener en cuenta alimentos como lácteos, frutas frescas y frutos secos, vegetales y pescados.
–  Mantener el peso ideal a través de los años
– No consumir tabaco.
–  No ingerir excesivamente cafeína ni alcohol. Disminuir el estrés.
Exposición al sol: Con sólo 5 minutos con las palmas de las manos hacia el sol alcanza para cubrir la necesidad de producción de vitamina D.


Asesoró: Dra. Rosana Molina, a cargo del departamento de Menopausia y Climaterio de Halitus Instituto Médico. www.halitus.com