El paciente tiene el poder
Hay que seguir peleando, hay que devolverle el alama a la medicina. Mi objetivo es ser vocera d esta posibilidad, de despertar en la gente este potencial y despertar a los médicos esta necesidad de cambiar su relación con sus pacientes.” Habla Stella Maris Maruso, terapeuta biopsicosocial y tanatóloga, directora de la Fundación Salud desde donde ha desarrollado su Programa Avanzado de Recuperación y Apoyo para personas con dolencias graves. En sus más de treinta años de trabajo (cuya experiencia reflejan los libros El laboratorio del alma y laboratorio interior, Ediciones B) ha asistido a más de 20 mil pacientes con cáncer y otras enfermedades graves. Sus resultados –con remisiones de enfermedades y mejoramiento de la salud de pacientes graves- ha llamado la atención de un grupo de científicos del Conicet, que acaba de comenzar un registro de este trabajo con vistas a demostrar los efectos concretos sobre el organismo de factores emocionales y afectivos en tratamientos de cáncer.
La palabra clave es un tanto compleja: psiconeuroendocrinoinmunología (PNEI). “Estudia la relación entre la psiquis, el sistema inmune, el sistema nervioso y el sistema endócrino y ofrece los conceptos y los componentes para cambiar la forma en que las personas percibimos el mundo”, escribe Maruso en uno de los libros. “Esta nueva rama de la ciencia nos muestra que la mente o la actividad del cerebro es la primera línea que tiene el cuerpo para defenderse contra la enfermedad, el envejecimiento y la muerte, y alinearse a favor de la salud y el bienestar.”
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Ese trabajo ha sido sistematizado por Maruso y se llama PARA (Programa Avanzado de Recuperación y Apoyo) que busca potenciar los recursos subjetivos de personas con alguna dolencia grave. “El objetivo es generar un tsunami inmunológico. (…)“
Maruso cree que la mejor manera de enfrentar una enfermedad es aceptar el diagnóstico, pero rechazar un pronóstico condenatorio. “Hay médicos que por no dar falsas esperanzas a sus pacientes logran darles falsas desesperanzas.”
