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Por: Diario Clarín, Suplemento Mujer | 30/07/02

El otro turismo


Favorecidos por el tipo de cambio, viajan para someterse a cirugías plásticas, implantes o tratamientos de fertilidad.

¿Vienen a pasear por La Boca? ¿De compras? Todo es posible. Esa opción también está incluida dentro del plan-tour medicinal, que ofrecen algunos especialistas argentinos. Es que, atraídos por el tipo de cambio, cada vez son más los extranjeros que se acercan al país para aprovechar los precios locales de la cirugía estética y de los tratamientos de fecundación asistida. La «oferta» es tal que ya existen paquetes promocionales, que incluyen desde hoteles hasta paseos por la ciudad mientras se concibe un hijo o se mejora la imagen. Después de la devaluación, los precios de los tratamientos disminuyeron notablemente para los extranjeros. (…) La mayoría de los turistas-pacientes se contactan a través de una clínica virtual. «En Halitus, por ejemplo, contamos con una página de internet donde la gente completa los datos de su historia clínica. Luego los médicos les damos indicaciones para que comiencen los estudios en su país de origen», agrega el doctor Sergio Pasqualini, director de Halitus, centro de reproducción asistida. Pasqualini no lanzó ningún paquete promocional para extranjeros, pero reconoce que después de la devaluación aumentó la demanda internacional. «Este fenómeno no sólo es atribuible al dólar. También se da porque la calidad que hay en nuestro país no tiene nada que envidiarle a los mejores centros del mundo», agrega Pasqualini. (…)

Desde Estados Unidos. Tratamiento de fertilidad
Marian es argentina y vive hace diez años en la Florida. Viajó especialmente a Buenos Aires para tratarse con el doctor Pasqualini. «Durante dos años realicé distintos tratamientos en los Estados Unidos, pero ninguno me dio resultado. A medida que los intentos fracasaban, tenía que ir recurriendo a otra tecnología y el precio de los métodos se encarecía», explica esta periodista que se nieva a revelar su apellido. «Por eso averigüé después de la devaluación argentina. Ahí descubrí que acá los precios eran un 50% más baratos mientras la calidad y el servicio se mantenían parejos. Si la diferencia hubiese sido sólo de 2.000 dólares no hubiese venido. Pensá que acá tengo familia y no pago hotel. Pero el esfuerzo de trasladarse es mucho».