Lo primero que hay que comprender es que existen mecanismos bioquímicos que regulan procesos fisiológicos que se asocian al avance de una enfermedad o de una incapacidad y que están originados en estados emocionales y actitudes psicológicas. Hay emociones que ponen en movimiento sustancias químicas que desencadenan en el cuerpo determinadas reacciones. Cada persona posee recursos propios para movilizar el curso de su propia biología. Y existen técnicas para poner en movimiento esos recursos y mejorar la calidad de vida de las personas.
“Lo importante es destacar que hay una unidad que compone nuestra realidad, estamos integrados, somos un ser compuesto de mente y cuerpo. En cada célula hay mente, la mente no está del cuello hacia arriba sino en el cuerpo entero, cada célula es como un pequeño cerebrito que interactúa con el cerebro. El sistema inmunológico es considerado incluso el segundo cerebro. Todo esto tiene que ver con la psiconeuroendocrinoinmunología. Estos sistemas- el psicológico, el neurológico, el endocrino y el inmunológico tienen una inteligencia para interactuar y mantener el equilibrio en ese cuerpo. Si hay una enfermedad es porque ese equilibrio se rompió y es importante descubrir la relación mente cuerpo con como generadora de la enfermedad sino como un proceso asociado a ese desequilibrio”, comienza diciendo Stella Maris Maruso, fundadora de la Fundación Salud y autora de dos libros.