La perimenopausia, momento que anuncia el declive de la actividad ovárica, el consiguiente descenso de la fertilidad y de la calidad de los óvulos, presenta mayores riesgos para la consecución de un embarazo pero esto cada vez presenta más posibilidades a partir de los avances de las técnicas de fertilización in Vitro.
“La fertilidad tiene su pico a los 25 años, desciende lentamente a partir de los 30, menos lentamente luego de los 35 y rápidamente luego de los 40. Lo repito muchas veces pero es importante. Una de las condiciones indispensables para el logro de un embarazo es contar con un óvulo viable y, a partir de los 40 años, la fertilidad puede caer en forma abrupta, sin aviso. El descenso de la fertilidad viene acompañado por una baja en la calidad ovocitaria y además, con un aumento del riesgo de anormalidades de cromosomas, de patologías uterinas, baja respuesta de FSH normal y mayores probabilidades de aborto. Por eso, es muy importante hacer hincapié en la evaluación de la fertilidad en forma temprana. Hacer esta evaluación es simple, consta de una ecografía y una serie de análisis de sangre que permiten comparar su situación actual con los valores correspondientes a la edad de la paciente”, expresa el Dr. Sergio Pasqualini.
Nota completa: Donación de óvulos: maternidad a los casi 50