El cuerpo es un mecanismo de relojería en todos sus sistemas y una pequeña falla en alguno de ellos puede provocar una disfunción que requiere de atención médica especializada y que, incluso, hasta puede tener una rápida solución.
“Las disfunciones sexuales, desde un punto de vista clínico-sexológico puro son casi las mismas de siempre:
Pérdida o disminución del deseo sexual
Dificultad para lograr la excitación (erección en el varón y sensaciones corporales y lubricación en la mujer)
Vaginismo
Anorgasmia
Eyaculación anticipada o diferida
Dolor durante la penetración o dispareunia
Aversiones, fobias sexuales y asincronía sexual de la pareja.
Pero actualmente un sexólogo se encuentra ante un desafío mayor que hace unos años y los métodos de tratamiento han debido actualizarse. Esto es, las disfunciones son las mismas pero se manifiestan de manera distinta porque debido al estilo de vida actual y al proceso sociocultural que la población experimenta han aparecido síntomas en relación con ciertas edades y géneros que hace algunos años no se veían. Por ejemplo, nunca se vieron tantos casos de disfunción eréctil y fobias sexuales entre los jóvenes como se están viendo ahora. Y tampoco era común tener tantas consultas por falta de placer durante el acto sexual como tenemos ahora, especialmente en mujeres de mediana edad, o sea entre los 35 y los 45 años”, comienza explicando la Dra. Beatriz Literat, médica sexóloga de Halitus Instituto Médico.