Según una encuesta realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en el 2009, la diabetes afecta a un 9,6% de la población argentina: alrededor de 2 millones y medio de personas, de las cuales la mitad desconoce el diagnóstico y sólo un 30% recibe un tratamiento adecuado. Debido al rápido incremento de casos, la Organización Mundial de la Salud considera que para el 2030 esta enfermedad será una pandemia si no se toman las medidas preventivas que fomenten estilos de vida saludables.
La diabetes mellitus es un desorden metabólico de múltiples causas caracterizada por el aumento de los niveles de azúcar en sangre. Sus formas de presentación más frecuentes se denominan diabetes tipo 1 y tipo 2. Los factores de riesgos principales son: los antecedentes familiares y los genes en la diabetes tipo 2; la obesidad, especialmente de la grasa visceral (alrededor de la cintura); el sedentarismo, los antecedentes de diabetes gestacional o hijos que hayan nacido con más de 4 kilos (macrosómicos); y aquellas mujeres que hayan sufrido el Síndrome de ovario Poliquístico o valores altos de glucemia, que no llegan a estar en rango de diabetes, como intolerancia a la glucosa o glucemia alterada en ayunas.
En general, no produce síntomas que lleven a las personas a sospechar su presencia, lo que genera un retraso en el diagnóstico. Uno de cada tres individuos con diabetes no sabe que padece este trastorno, por eso la importancia de realizar controles médicos regulares. Suele diagnosticarse accidentalmente o por la presencia de sus complicaciones. Los más frecuentes son: pérdida de peso; incremento en la micción (poliuria); de la sed (polidipsia); y del hambre (polifagia).
Suelen presentarse cuando los valores de glucosa superan los 180mg/dl. Y pueden agregarse síntomas menos específicos como cansancio, dolores musculares, calambres, somnolencia, mareos y visión borrosa. La forma de detectar la diabetes es a partir de un análisis de sangre de glucosa o de un test de tolerancia a la glucosa. La medición de los valores de glucemia se puede realizar con un análisis de laboratorio o idealmente con automonitoreos. No toda persona con insulina elevada –insulinorresistencia- tiene diabetes, aunque el 92% de los pacientes con diabetes tipo 2 si lo presentan.
La diabetes y el embarazo
Toda alteración de la glucosa que se diagnostica durante el embarazo se denomina diabetes gestacional y es independiente de si era una diabetes previa no diagnosticada o si persiste post nacimiento.
Durante este ciclo hay modificaciones hormonales que pueden reducir paulatinamente la sensibilidad a la insulina. Si bien la diabetes gestacional puede aparecer en cualquier momento del embarazo por los cambios hormonales, es más frecuente entre las semanas 26 a 32. Se detecta con un exámen de glucemia en ayunas, que se solicita a toda embarazada en el primer control o se puede diagnosticar a raíz de una prueba de tolerancia oral a la glucosa, que se hace de rutina en la semana 24-28. Si esta prueba es normal pero la paciente tiene factores de riesgo para el desarrollo de diabetes gestacional debe repetirse entre la semana 31 y 33.
Principales factores de riesgo
* Antecedente de diabetes gestacional en embarazo anterior.
* Edad mayor o igual a 30 años.
* Antecedentes de diabetes en familiares de 1º grado.
* Pacientes con sobrepeso u obesidad al comienzo del embarazo.
* Antecedentes de macrosomía fetal (un hijo de 4000 gr o más).
* Antecedentes de mortalidad perinatal inexplicada.
* Síndrome de ovario poliquísitco.
* Antecedente de la madre de alto o bajo peso al nacer.
* Y otros como preeclampsia, multiparidad, utilización de drogas como corticoides.
¿Cómo tratarla?
El tratamiento se basa en un plan alimentario apropiado, logrando una ganancia de peso adecuada que va a depender del peso con el cual la paciente comienza el embarazo. El ejercicio resulta especialmente útil para ayudar al control metabólico, siempre que las condiciones obstétricas lo permitan. Se indica insulinoterapia en aquellas pacientes con diagnóstico de Diabetes Gestacional cuando, después de 7 días con un correcto plan de alimentación, no alcancen los objetivos glucémicos en el 80% de los controles solicitados.
La diabetes gestacional no es per se una indicación de cesárea y las pacientes luego del parto deben seguir un plan de alimentación igual al de la cualquier otra mamá reciente y controlar la glucemia de 1 a 2 veces por día durante 48 horas. A las 6 semanas del parto se debe reevaluarlas con una prueba de tolerancia oral a la glucosa. Ante cualquier duda durante o después del embarazo consultar a su médico.
Por la dcotora María Gilligan, endocrinóloga de Halitus Instituto Médico.
Fuente: Entremujeres.com