Uno de cada diez embarazos termina en muerte temprana del feto (antes de la semana 20) y una de cada 200 gestaciones finaliza en una muerte fetal tardía. El aborto recurrente, definido como tres o más pérdidas consecutivas, afecta al 1% de las mujeres en edad reproductiva y, definido como dos pérdidas consecutivas o más no consecutivas, afecta al 5%.
Si bien todas estas pérdidas no responden a un mismo patrón, se calcula que cerca de un 3% de las mujeres en edad fértil sufre de abortos recurrentes y el 60% de los casos están relacionados con la trombofilia, según informa el portal de Salud y Ciencias.
‘La definimos como un desequilibrio de la coagulación de la sangre que tiende a la hipercoagulabilidad y que resulta en un riesgo incrementado para el desarrollo de trombosis’, explica la doctora Adriana Sarto, del Departamento de Hematología e Inmunología de la Reproducción de Halitus Instituto Médico.
Y destacó como importante que si bien se calcula que un 10% de la población general de la Argentina tiene trombofilia, no en todos los casos se presentan manifestaciones clínicas y tampoco necesariamente complicaciones gestacionales.
Incluso ya existen estudios que demostraron que el tratamiento con heparina reduce la tasa de pérdida fetal y recomiendan a las mujeres que la padecen y están buscando un hijo tomar todos los días una aspirina para niños que reduce la coagulación.
Antes, muchas de las pérdidas de embarazos no tenían una causa conocida y era imposible evitarlas. Hoy día no todo está perdido. El trabajo y la investigación científica permitieron identificar los desequilibrios de coagulación que afectan a la irrigación de la placenta y que, como consecuencia de ello producen esas complicaciones en el embarazo.
Dichos estudios también hicieron posible descubrir e identificar a diversos ‘marcadores trombofílicos’ que hoy por hoy permiten hacer un diagnóstico de la enfermedad por medio de análisis de sangre.