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Por: infobae.com | 12/08/11

Dejar de fumar: para cuidarse uno, al bebé y la fertilidad


Según las estadísticas, si bien el 56% de los fumadores en nuestro país quiere dejar de fumar, la mayoría no posee la información para hacerlo. El tabaquismo, la primera causa de muerte evitable en el mundo, no sólo aumenta el riesgo de padecer enfermedades, además, reduce la fertilidad y aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo. ¿Cómo incide el tabaquismo en la salud de la mujer, de aquella pareja que busca un bebé y de un bebé aún por nacer cuya madre es fumadora? ¿Cuáles son los tratamientos posibles y las consecuencias de seguir fumando?

Existen distintos tipos de tratamientos para dejar de fumar, como ser la intervención breve, la intensiva, la entrega de material de autoayuda, entre otros. Sólo dos tercios de los pacientes dejan de fumar sin ayuda. Y esto requiere de alerta porque se calcula que en la actualidad el consumo de tabaco es responsable de 5 millones de muertes anuales y que esta cifra puede duplicarse para 2030.
¿Qué pasa cuando es la salud de otro la que sufre o cuando la salud afectada incide en la relación de pareja, como en los casos de infertilidad? Estudios de investigación demostraron que el tabaquismo resulta en una reducción de la fertilidad y fecundidad, ya sea que fumen uno o los dos miembros de la pareja. Es importante, por lo tanto, indagar en la consulta obstétrica o de fertilidad sobre si fuman o no para abordar el problema y ayudarlos a dejar de fumar. Si bien la mayoría de las mujeres dejan de fumar al saberse encinta, algunos estudios mostraron que en nuestro país un 11% de las embarazadas continúan fumando durante el embarazo.
Tabaquismo y Fertilidad
La investigación indica que, en todo el mundo, alrededor de un tercio de las mujeres en edad de concebir son fumadoras. Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, la nicotina y otras sustancias químicas tóxicas presentes en los cigarrillos son dañinas para la fertilidad ya que interfieren con la capacidad del organismo de producir estrógenos, una hormona fundamental para regular la ovulación, y pueden hacer que los óvulos de las mujeres sean más vulnerables a las anomalías genéticas. Fundamentalmente las toxinas que libera el cigarrillo y su efecto sobre los vasos sanguíneos afectan las glándulas endocrinas y por lo tanto también los órganos reproductores como el ovario y el testículo. Es por ello que es importante hablar de la relación directa entre el tabaquismo y la disminución de la fertilidad.
Los científicos creen que el tabaquismo puede alterar la fertilidad. Se calcula que el tabaquismo hace que las mujeres tengan cerca de 40% menos posibilidades de quedar embarazadas en cada ciclo, generando trabas para la gestación porque provoca:
Flujo sanguíneo reducido a nivel de los genitales, contribuyendo a sequedad de la vagina y otros problemas sexuales.
Disminución del número de óvulos debido a su destrucción en los ovarios antes de que alcancen la madurez.
Alteraciones de la liberación de las hormonas.
Disminución de la motilidad de la trompa de Falopio y enfermedad tubárica.
Disminución de la capacidad de implantación del embrión.
Además, debe tenerse en cuenta que las mujeres que fuman durante el embarazo tienen tres veces más probabilidad de tener bebés con bajo peso al nacer y es mayor su riesgo de sufrir abortos o dar a luz bebés sin vida o con malformaciones fetales. También su volumen de leche es menor y de más baja calidad.
En el caso de los hombres, el tabaquismo puede generar alteraciones en los niveles hormonales que controlan la fertilidad provocando una disminución en la calidad del semen y una reducción de la cantidad de espermatozoides, su movilidad y variaciones en su morfología.
Los estudios muestran que los componentes del humo de cigarrillo pueden aumentar el riesgo de ruptura prematura del saco amniótico y si bien no hay evidencia definitiva acerca del rol que juega el consumo del tabaco en el desarrollo de las anomalías de inserción placentaria, se presenta placenta previa con mayor frecuencia en las fumadoras.
Es importante resaltar que la mayoría de las mujeres después del parto, si no se trabaja para que mantenga la abstinencia, vuelve a fumar. Además, es necesario hacer hincapié en que la exposición al humo de tabaco ajeno es también un problema grave de salud pública.
En las mujeres, el humo de tabaco ajeno es además causa probada de cáncer de mama -aumenta el riesgo entre un 40 y un 70%-, particularmente si están expuestas en edades tempranas; aumenta la incidencia de cáncer de cuello uterino y aquellas mujeres embarazadas expuestas tienen mayor riesgo de presentar parto pretérmino y bebés de bajo peso al nacer.

Fuente: infobae.com