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Por: Revista Viva | 09/05/10

De Oriente con amor


Alternativas Así como surgen día a día
avances en los tratamientos de fertilidad asistida, hoy también se echa mano a antiguas técnicas orientales destinadas a destrabar posibles causas del problema.

L a maternidad es, más allá de un deseo, cada vez más una elección. Con 40 años, un hijo y en la búsqueda de otro, Marcela enumera su paso por los distintos tratamientos a los cuales sometió su cuerpo y sus expectativas hasta log rar su primer embarazo, que llegó gracias a la técnica de ovodonación (óvulos donados que se implantaron en su útero.
Ahora, con su pequeño en brazos, nada parece un esfuerzo demasiado grande. Ella es una de las tantas que componen al 15% de mujeres a las que la medicina colocó en la foja de esterilidad sin causa aparente, es decir, aquellos casos en los que no existe una causa médica que imposibilite el embarazo. Su segunda apuesta por la maternidad, sin embargo, no le genera la ansiedad ni los miedos de la primera vez. «Ahora voy a intentar con un tratamiento natural, sin hormonas, de manera que mi cuerpo no padezca tanto», anuncia.
Es que, ante ese cono de sombra, la medicina china y sus estudios focalizados en el fl ujo de la energía en el cuerpo, así como otras técnicas complementarias y alternativas, ofrecen una respuesta diferente a la alopática. Según la medicina china, por ejemplo, la infertilidad se vincularía con deficiencias en al menos uno de tres órganos riñones, hígado y bazo tanto en la mujer como en el hombre.
Estados como la depresión o el estrés pueden afectar al hígado, obstruir el bazo y derivar por ejemplo en problemas de implantación o incapacidad para retener el embrión.
Los tratamientos incluyen acupuntura y terapias a base de hierbas. «El sistema reproductivo femenino está asociado con el sistema sanguíneo y por lo tanto se buscan problemas relacionados con la menstruación: períodos irregulares, ausencia temporal o permanente de flujo menstrual, sangrado excesivo y síndrome premenstrual. La acupuntura y la terapia herbal se focalizarán en los riñones con la intención de normalizar las irregularidades relativas a la menstruación.
Alcanzada la regularidad en los ciclos se mejorará la energía en general, se favorecerá la libido y los riñones estarán cumpliendo con su función hormonal efi cientemente. Los ovarios funcionarán normalmente y se producirán ovocitos con capacidad de ser fertilizados», describe Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico y responsable del Programa de Entrenamiento Especial para el tratamiento de la Infertilidad.
Las primeras investigaciones sobre medicina del comportamiento o medicina mente/cuerpo e infertilidad se remontan a 1987. Estudios avalados por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard en 1993 pusieron en evidencia que los niveles de depresión y ansiedad por los que atraviesa una mujer con diagnóstico de infertilidad son comparables a los que puede atravesar un paciente con enfermedades coronarias graves, VIH e incluso cáncer.
Por eso, este método integral busca que quienes participan de él aprendan cómo influir sabiamente sobre sus sistemas de regulación cuerpo/mente para encarar cualquier tratamiento de fertilidad, tomar decisiones correctas y optimizar el tratamiento. «Convertir una situación conflictiva en una experiencia de vida trascendente y llena de signifi cado es posible», asegura Elena Sardone, también integrante de este precursor grupo.
«Una visión integral de la pareja y la patología es fundamental. El logro del embarazo se encara no sólo desde la perspectiva de la salud reproductiva tradicional sino desde una estrategia multidisciplinaria con el objetivo de mejorar los resultados de los tratamientos y aportar un bienestar general. Las medicinas alternativas son el perfecto complemento a la medicina convencional: se basan en el concepto de que todos los aspectos de la vida del paciente emocional, física y espiritual impactan de una manera u otra sobre su fertilidad. En otras palabras, no dejamos ningún cabo suelto», abunda Pasqualini. En ese sentido, Sardone explica que el tratamiento tiene una duración de tres meses, en los que los pacientes con diagnóstico de infertilidad se ejercitan en la utilización de recursos propios, habilitándose para modifi car su química interna generando las drogas endógenas necesarias para optimizar los procedimientos médicos.

Altos instintos
«La procreación es el instinto más básico y fuerte no sólo en el ser humano sino de todo el reino animal. A su vez, distinguimos entre el deseo del embarazo, de la paternidad y de la continuidad genética.
Esto varía con cada pareja.
Si bien la mayoría desea los tres a la vez, no lo hacen con la misma intensidad», abunda Pasqualini.
«Yo quería ser mamá, nunca lo dudé, pero a veces el camino es largo y una siente que el cuerpo se le empieza a transformar en laboratorio.
Ya no sos una mujer, sos sólo alguien que quiere ser madre; con estas técnicas menos invasivas, más contenedoras, creo que este segundo embarazo se gestará de un modo diferente», cuenta Mariela.
Sardone dice que son muchas las mujeres que llegan al consultorio con un deterioro en su calidad de vida. «La paciente con este diagnóstico presenta una carga importante de pensamientos negativos: `Nunca voy a lograr embarazarme’, o peor aún, `Nunca seré feliz si no logro este embarazo’. Para ellas está destinado el entrenamiento.» Marcela Garino y Laura Kopcow son psicólogas y forman parte de Pregna Medicina Reproductiva, institución en la que abordan los trastornos reproductivos también desde la psiquiatría. Acerca de la compleja relación entre el sistema
reproductivo y el nervioso, explican que «la interacción entre el cerebro y los ovarios es un ida y vuelta continuo.
La ovulación en la mujer está regida por tres glándulas: el hipotálamo, la hipófi sis y los ovarios. A modo de ejemplo, el estrés afecta la liberación de los corticoides y de la prolactina y estas hormonas afectan la fertilidad en la mujer. Hace rato que se conoce el peso de lo psicológico en la concepción: los embarazos espontáneos en parejas infértiles luego de la adopción de un hijo, o en el momento de iniciar un protocolo de fertilización asistida».
Por eso, promueven los equipos interdisciplinarios con psicólogos especializados para develar en cada pareja qué proceso puede llegar a dificultar la concepción, ya que el sistema nervioso central, endócrino y los procesos afectivos están, como ellas explican, «enigmática e íntimamente relacionados». «Hay situaciones difíciles de distinguir para el médico especialista que sólo son abordables desde el consultorio psicoanalítico», explican.

Que reine la calma
«La ansiedad y el estrés ante la demora del embarazo pueden atentar con el esfuerzo de la pareja por lograrlo.
Cuando se pide la consulta con un especialista, algunas parejas inician sin saberlo el camino para buscar un hijo y lograrlo antes de promediar los estudios», precisó Eduardo Lombarda, subdirector del IFER (Instituto de Fertilidad y Ginecología), quien asegura que las medicinas alternativas pueden aportar mucho en este campo tan incipiente a la luz de la medicina clásica.
«La medicina energética, a través de sus diferentes vertientes refl exología, acupuntura, homeopatía, por nombrar algunas , puede facilitar y sostener el tratamiento convencional. Por algo comienzan a tener cada vez más espacio en los congresos internacionales», puntualiza el médico.
Además de las bondades de la medicina china, todas las técnicas que ayuden al relax y a lograr una conexión más directa con el espíritu, como el yoga, la meditación o las técnicas de respiración, suman puntos en la carrera por la concepción. Andrea Marazzi, ginecóloga especialista en Medicina Reproductiva, las recomienda a sus pacientes y, además, sugiere modifi caciones en la alimentación para incorporar diferentes nutrientes que favorecerían la fertilidad en cada sexo. La masculina se vería estimulada con la ingesta de vitamina C (cítricos, kiwi), zinc (apio, espárragos), vegetales verdes por los componentes antioxidantes, frutos secos (nueces, almendras, castañas) con alto contenido de aminoácidos esenciales. Y para las mujeres estaría indicado incorporar a la dieta los de agua fría (salmón, atún, caballa y otros) ricos en ácidos grasos esenciales, además de palta y frutos secos con alto contenido de triptófano, precursor de la serotonina.
«Más allá de lo que se coma, lo que se medite, el deseo de ser padre es básico en la mayoría de las personas. Sin embargo, los tiempos personales pueden diferir del mandato social, familiar y hasta entre los miembros de la pareja. El deseo le da lugar a la llegada de ese bebé, habilita un espacio psíquico y emocional incuestionable», explica Marazzi.
«Creo que este tipo de medicina me va a servir también para otros aspectos de mi vida, el aval de un médico me da tranquilidad. Pero no sólo se trata de ser madre, es también poder disfrutar de otro modo de todo ese proceso», resume Mariela. Dice que no tiene miedo de probar de otra forma. El bebé que ya se acuna en su pecho y el que comienza a crecer en sus pensamientos y proyectos, explican el resto.