El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en la mujer en nuestro país.
A esta realidad se suma un aumento paulatino en la cantidad de casos y una creciente incidencia en mujeres menores de 35 años.
El incremento se debe, por un lado, al estilo de vida occidental, caracterizado por el estrés, la vida sedentaria, la obesidad y a la mayor ingestión de grasas saturadas, que son algunos de los factores de riesgo y, por otro, a que los nuevos mecanismos de control permitieron la detección de la enfermedad en casos que antes pasaban inadvertidos. (…)
Existe un amplísimo abanico de variedades de tumores, con características y pronósticos muy diferentes.
Puede tratarse de un carcinoma no invasor o “in situ” (que no se extiende más allá del seno), de un tumor más agresivo (que se propaga al tejido que rodea la mama y puede llegar a los nódulos linfáticos bajo el brazo o a otras partes del cuerpo), o de alguno de los más de 20 subtipos diferentes.
Cualquiera sea el caso, los síntomas visibles, que suelen ser tardíos, pueden ser: nódulo palpable, derrame de sangre por el pezón, asimetrías y alteraciones en la piel de la mama, o retracción del pezón.
También pueden ser totalmente asintomáticos y sólo detectarse por medio de una mamografía. (…)
Los controles según la edad
A partir de los 35 años: examen mamario anual y una mamografía de base para verificar que no haya problemas previos.
De los 40 a 50 años: examen mamario anual y una mamografía cada 1 ó 2 años.
Más de 50 años: examen mamario anual y mamografía anual.