Los agentes tóxicos pueden presentarse como productos químicos, radiación o materiales físicos, y pueden afectar al cuerpo y sus sistemas. Pueden provocar desde una irritación hasta la muerte de las células, los tejidos o incluso del organismo. La exposición de una mujer embarazada a la contaminación del aire, muestran varios estudios, traería aparejado un aumento del riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer. Además, sostiene, afectaría las posibilidades de embarazo durante un tratamiento de fertilización in Vitro. Algunos tóxicos del aire pueden causar disfunciones en el aparato reproductivo, disminuyendo la fertilidad, reduciendo las posibilidades de sobrevida del feto o embrión o llevando a la presentación de malformaciones. También pueden generar variaciones en el funcionamiento del sistema inmunológico que pueden afectar la implantación y el desarrollo del embrión.
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