Las consecuencias en los recién nacidos han sido poco estudiadas. No existe evidencia, según los especialistas de Halitus, de que cause defectos congénitos ni bajo peso al nacer. Se recomienda evitar los lugares donde la enfermedad es prevalente y el contacto con personas que la padezcan. Utilizar repelentes, cubrir brazos y piernas, y utilizar enrejados de metal en las ventanas.