Por Sandra Bareto
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en los países ccidenta1es y no existe ninguna vacuna para evitarlo. La única prevención actual es la detección precoz mediante los controles anuales mamográficos y una visita al especialista. Y por último, cambiar algunos hábitos alimentarios como incorporar la soja, aceite de oliva, brócoli y limitar las grasas saturadas, el alcohol y hacer ejercicio pueden lograr una vida más sana y con menos posibilidades de contraer cáncer de mama.
Las células del carcinoma dependen para su crecimiento de los estrógenos. Existen distintos tipos de estrógenos: fuerte y débiles, buenos y malos, según explica el Dr.
Sergio Pasqualini: «El fuerte es el estradiol, que es el estrógeno natural producido por nuestro cuerpo. Los estrógenos débiles son los vegetales que derivan de las semillas de soja y de lino».
En un comunicado elaborado en el Departamento de Patología Mamaria del Instituto Médico privado que dirige el Dr. Pasqualini en la ciudad de Buenos Aires, se explica que «en países como China y Japón que durante miles de años han seguido una dieta rica en soja, actualmente se comprobó que fue un factor decisivo en la baja de incidencia del cáncer de mama en las mujeres».
En cambio, cuando las mujeres japonesas o chinas emigran a países como Estados Unidos, muestran la misma incidencia del cáncer mamario que el resto de las americanas porque, además de todos los factores ambientales que inciden para despertara la enfermedad, sólo consumen un cuarto de la soja que ingerían cuando estaban en Japón. Por lo que se corroboró la importancia de los factores dietarios.
Unos de los ejemplo de difusión de la detección precoz que en el mes de octubre se está llevando a cabo, es la XIII Campaña Anual de Concientización del Cáncer de Mama.
Evelyn H. Lauder, presidente del Consejo de la Fundación de Investigación de Cáncer de Mama, y vicepresidentede una importante empresa internacional de cosmética, ofreció durante los últimos 13 años difusión masiva para crear conciencia sobre ésta enfermedad.
Lauder comenzó con su campaña de información en los diferentes lugares del mundo, a partir de haber sido ella misma diagnosticada con carcinoma mamario, e implementó arbitrariamente el mes de octubre como período de concientización. Ha distribuido más de 50 millones de cintas rosadas (emblema de la campaña) y, también, más de 50 millones de folletos informativos sobre el cáncer mamario. Y como todos los años, ha iluminado con luz rosada un monumento simbólico, internacionalmente reconocido y representativo, como método exitoso que ayuda a crear conciencia de la importancia de la detección precoz del cáncer de mama.
Dietas que salvan vidas
Se puede resumir en doce pasos la dieta para prevenir el cáncer mamario:
1. Bloquear los receptores de estrógenos:
Los alimentos a base de soja o semillas de lino bloquean los receptores y, de esta manera, diminuyen los efectos de los estrógenos naturales. La soja -aunque no los aceites ni la salsa de soja- contiene genisteína, similar al estrógeno.
2. Cambiar el tipo de grasas:
Una dieta alta en grasas aumenta la producción natural de estrógenos en un 30%. Como en los países desarrollados no parecen dispuestos a abandonar las grasas, se estudió si cambiar el tipo de grasas tenía algún beneficio. Las grasas buenas (omega 3 y 9) están en el aceite de oliva, pescados y semillas de lino. Las grasas «malas» en este sentido (Omega 6), en todos los demás aceites (menos el de oliva), mayonesa, margarina. Todo lo «hidrogenado» (papas fritas, facturas), las grasas saturadas (de origen animal, como las de la leche entera, carnes, manteca, crema de leche) se deben evitar. Se recomienda una dieta equilibrada con un máximo de 30% de grasas, en lo posible de tipo omega 3 y 9.
3. Comer crucíferas:
Brócoli, coliflor, col, repollo, repollitos de Bruselas, rábanos, contienen indoles, que previenen el cáncer de mama, de colon y otros.
4. Disminuir la insulina, evitando grasas saturadas, disminuyendo la carga de glucosa y la obesidad de la parte superior del cuerpo.
5. Reducir la carga de glucosa. Azúcares y almidones (panes blancos, papas, arroces) aumentan la producción de insulina.
6. Aumentar el consumo de fibra disminuye los niveles de estrógenos.
7. Aminorar la carga oxidante: Los agentes antioxidantes son aliados contra el envejecimiento en general, pero también ayuda a prevenir el envejecimiento de la célula mamaria, evitando mutaciones en el ADN . Lo ideal es comer frutas y verduras. La dieta mediterránea, de países como Italia y Gracia, se basa en frutas, verduras, aceite de oliva y una copa de vino tinto (por ser antioxidante). Se ha demostrado que protege contra el cáncer de mama.
8. Evitar los estrógenos químicos: por ejemplo los pesticidas, piel del pollo, y otros.
9. Rebajar la grasa corporal, especialmente la abdominal o manzanita, ya que estas células grasas son una fábrica de estrógenos.
10. Limitar el alcohol, que aumenta los niveles de estrógenos circulantes. Se recomienda comenzar a beber lo más tarde posible en la vida, y la menor cantidad posible. El riesgo aumenta 11 % por copa por día.
11. Incrementar la vitamina D. Se puede ingerir como suplemento, o exponerse al sol 15 minutos 3 veces por semana, en horario seguros (evitar el mediodía).
12. Hacer ejercicio: disminuye la grasa corporal, reduce los niveles de insulina y aumenta los niveles de estrógenos buenos. Se recomienda 4 horas de ejercicio semanal, de intensidad moderada.