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Por: Revista Única Mamá | 23/07/07

CÓMO PREVENIR LAS HEMORRAGIAS OBSTÉTRICAS


Por un parto sin complicaciones

Uno de los problemas más frecuentes en el parto, que puede tener consecuencias fatales, es la hemorragia obstétrica. Lo bueno es que si se conocen las causas puede evitarse.


Cada 100.000 partos, mueren 400 mujeres por causas relacionadas con el embarazo o con el parto. Estas cifras llevan a una triste estadística que en la Argentina no desentona con el resto del mundo: el número de una muerte materna cada minuto del día, de cada año.
De todas estas muertes, la hemorragia obstétrica grave, es responsable de 140.000 por año, lo que significa 1 muerte cada 4 minutos. La mayoría (99 por ciento) de los casos proceden de países en vías de desarrollo (En África y Asia), donde falla la disponibilidad de medios elementales de diagnóstico y tratamiento, así como el acceso a ellos por parte de la población. Pero la hemorragia obstétrica puede evitarse, en principio, con buena información de cada paciente y los recursos con los que cuenta cada médico. Te contamos cómo estar alerta para alejar un fantasma que cada día preocupa más a los obstetras.

Las causas
– La obsesión de un parto natural. Una de las causas que predisponen a la hemorragia periparto, es decir, antes del parto, son entre otra, los trabajos de alumbramiento muy prolongados, donde el médico insiste con un parto natural por criterio propio o la presión de la futura mamá.
– Antecedentes de hemorragia en partos previos.
– La preeclampsia, o el aumento de presión casi llegando al final del parto.
– El líquido amniótico aumentado, cuando a través de una ecografía se observan valores excesivos. Y también la infección amniótica.
– Los embarazos múltiples así como también el uso de instrumentos que facilitan un parto dificultoso (el uso de fórceps, por ejemplo) que aumentan el sangrado de la intervención.
– Las alteraciones del sistema de coagulación sanguínea.
– Los embarazos con fibromas de útero, la placenta previa y los acretismos placentarios.
Cómo evitar y prevenir

Si tenemos en cuenta que una mujer tiene circulando en su torrente sanguíneo de unos 3 a 4 litros de sangre hacia el final del embarazo, y que por el útero circula medio litro de sangre por minuto, es fácil entender que alguna causa que provoque un sangrado no controlado a nivel del útero, terminara poniendo en riesgo la vida de la paciente en poco tiempo. Es por eso que entre los elementos decisivos para el éxito en el abordaje de estos casos, esta la implementación de protocolos terapéuticos de emergencia preestablecidos, la disponibilidad inmediata de personal entrenado en este tipo de patología y de todos los recursos materiales adecuados.
El desencadenamiento de una hemorragia no prevista, generalmente pone al equipo médico en una situación desventajosa. Por ello se hace imprescindible la identificación de los factores de riesgo, con la mayor exactitud posible, a través de una detallada historia clínica, acompañada de estudios complementarios en la que vos podés tener un papel protagónico. Nadie mejor que tu cuerpo habla de lo que te pasa, lo que pasó o lo que podría pasar.
Esto permitirá adelantarse a la hemorragia, programando la intervención en un medio adecuado y con todo lo necesario. Los equipos entrenados en el abordaje de las hemorragias graves deben estar disponibles tanto en los casos programados, con factores conocidos, como en las emergencias, actuando en la llamada hora de oro de los pacientes críticos, es decir, en los primeros momentos del evento luego de la cual la mortalidad aumenta considerablemente.

Las nuevas herramientas

La obstetricia busca permanentemente recursos para combatir desde los riesgos más leves a los más serios.
Entre las herramientas terapéuticas contra la hemorragia obstétrica se encuentran nuevas drogas, tratamientos hematológicos para los trastornos de coagulación, técnicas quirúrgicas hemostáticas, cateterismos arteriales, para embolizar los vasos sangrantes, y algunas claves de experiencia médica segmentada en un equipo de terapia intensiva de apoyo a estos delicados pacientes, con la infraestructura adecuada.
La complejidad de estas situaciones hace imprescindible la participación de distintos especialistas entrenados en atención de este tipo de pacientes. En estas emergencias interviene no sólo tu médico sino los anestesiólogos, las obstetras suplentes que puedan estar participando del parto, radiólogos intervencionistas, médicos intensivistas, urólogos, hematólogos, neonatólogos y cirujanos vasculares.
La hemorragia obstétrica no goza de la misma consideración en todos los lugares de atención, a pesar de su peligrosidad. Por eso, es importante que te informes en el lugar que elegiste para llevar adelante el control del embarazo y tu parte acerca de cómo están preparados para estas emergencias.
Desde hace 5 años hay institutos, que comenzaron a estudiar y abordar este tipo de pacientes de manera multidisciplinaria, formando equipos que actúan siguiendo protocolos preestablecidos por investigaciones publicadas en la literatura internacional.
Con esta modalidad se ha logrado reducir, por ejemplo, el número de pacientes en shock, de unidades de sangre transfundida, de días de internación en terapia intensiva y de histerectomías realizadas para controlar el sangrado grave, logrando así no sólo disminuir la mortalidad, sino también, los días de hospitalización y secuelas, tales como la esterilidad.

Gabriela Patrone
Fuente: Dr. Marcelo Martínez, del departamento de Obstetricia de Halitus Instituto Médico.