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Por: Revista Mujer Única | 27/08/07

Cómo criar al hijo del medio


Culturalmente conocido como “el del medio”, su rol como hijo atesora –entre mitos y realidades- sus propias cuestiones.


Socialmente suele creerse que es el más sufrido, y desde ese lugar se lo supone diferente, carente y desprotegido. Sentimientos de exclusión e inferioridad que, sin embargo, justamente pueden generarse en él porque se lo mira de esa forma.
Todo un circuito peligroso. Y precisamente por eso es hora de comenzar a desandarlo con ayuda especializada.
“Por lo general, los hijos del medio son muy luchadores por ganarse un espacio dentro del núcleo familiar.-dice al respecto la Licenciada Alejandra Libenson, psicopedagoga, psicóloga, miembro del departamento de Psicología Médica de Halitus Instituto Médico, y autora del libro Criando hijos, creando personas. Dependerá de cada familia que esta lucha no se convierta en un campo de acción que genere enfrentamientos y agresividad sino todo lo contrario: que pueda proporcionarle herramientas para mostrarse como es, al igual que sus hermanos, con sus características propias que lo identifiquen y diferencien, sin necesidad de sentirse aprobado constantemente o llamar la atención por todo”.
Así- efectivamente, y como siempre- los hijos responden según cómo se los mire y la manera en que se los trate. Y tal como agrega la especialista: “Al que circunstancialmente le toca ocupar el lugar del medio, deberá ser como un equilibrista, y construir estrategias para poder ocupar y descubrir cuál es su lugar. Y depende mucho de los padres no cargar a este hijo con responsabilidades, mitos o mandatos que se instalen como modelos fijos y estereotipados y no le permitan hacer de esta vivencia un aprendizaje de vida y, por qué no, pasarla bien”.

CÓMO RESOLVER CONFLICTOS

Naturalmente, para un niño que considera que sus papás son el centro de su vida afectiva- y a su vez, él es el centro de la de ellos-, muchas veces, compartir ese amor le produce celos. Así, la llegada de un nuevo hermano puede vivirse con el temor de ser excluido de ese lugar y de ese amor. Y el más grande manifestará el sentimiento normal de diferentes maneras. En ese marco, nada puede hacerse para evitarle el sufrimiento, pero sí acompañarlo, sin obligarlos a quererse de entrada por el sólo hecho de ser hermanos.
Lo que sucede es que, sin dudas, el amor de los padres está garantizado y no entra en juego ala hora de los reclamos. Pero entre hermanos el amor fraternal es un logro que se obtiene día a día en el vínculo cotidiano, los encuentros y desencuentros, las alianzas y las peleas.

DEL DICHO AL HECHO

Si el hermano mayor es pequeño: por lo general querrá imitar al bebé. Trate de evitar comentarios tipo “tenés que ser como él”, o “no te agrandes”.
Siempre que los ubique como “más grande que” o “más chico que”: los pone en situación de ser dominante o dominado por el otro y menos autónomo.
A veces, los hijos del medio sienten menos privilegios: el mayor y el menor ocupan la atención de los padres y ellos están en una situación menos visible. A veces se sienten menos valorados y buscan la aprobación y valoración en espacios fuera del hogar.

FRENTE A LAS PELEAS
Cuando ocurren peleas entre hermanos, la especialista aconseja no subestimar a ninguno, no burlarse, no humillarlos, no favorecer los enfrentamientos, no fijar los límites sin sobreproteger al menor frente a situaciones concretas de “peleas entre ellos”, no tomar partido, no rotularlos, prestarles palabras cuando son pequeños para manifestar sus sentimientos en vez de permitir que peguen.

Norma Rossi

Chicos
El hijo del medio: Halitus Instituto Médico, Marcelo T de Alvear 2084, Cdad. de Buenos Aires. Tel: 5273-2080 – www.halitus.com