El VPH, Virus de Papiloma Humano, es un virus de alta prevalencia entre las personas -con picos de incidencia en la adolescencia y la juventud (entre los 20 y 30 años) y en adultas (entre 55 y 60 años). Existen más de 100 tipos de virus y algunos, si evolucionan en el tiempo por no recibir el tratamiento adecuado, pueden desarrollar un cáncer.
La infección por VPH es considerada una enfermedad de transmisión sexual porque el contagio tiene relación directa con el contacto sexual.
La detección más típica es durante el chequeo ginecológico anual, con elPapanicolau y la colposcopía, que son las principales vías de screening o tamizaje en nuestro medio. Ambas técnicas son complementarias porque en particular, el Papanicolau permite observar las células del cuello uterino y la colposcopia brinda una imagen con gran aumento para detectar lesiones.
Además, también existen en la actualidad tests virales. Estos son el PCR Real time y la captura híbrida. Estas dos técnicas moleculares detectan presencia del virus y determinan si se está ante la presencia de una cepa de alto o bajo riesgo. Al tener un alto costo, aún no son utilizadas ampliamente en nuestro país. Solo se indica en algunos centros de salud puntuales y en programas nacionales piloto.
El primero de estos tests -la reacción en Cadena de la Polimerasa p PCR- incrementa la sensibilidad para detección de ADN de HPV y permite obtener obtener la tipificación individual del virus. La captura híbrida, en cambio, es utilizada para la detección de HPV de alto y bajo riesgo pero no detecta la tipificación del virus.
¿Cómo prevenir el contagio? La principal forma es laacunación, que permite evitar un gran número de cepas o subtipos de HPV, incluyendo los oncogénicos, es decir, aquellos que podrían desencadenar junto a otros cofactores, cáncer de cuello uterino. Por resolución del Ministerio de Salud de la Nación, en 2011 fue incorporada al calendario nacional y debe aplicarse en forma gratuita y obligatoria a las niñas a los 11 años.
Además, la utilización de preservativo disminuye notablemente, aunque esa reducción no es del 100%, el riesgo de la infección.
También se recomienda comenzar con los estudios de rutina a los tres años del inicio de las relaciones sexuales. Y, en aquellas pacientes mayores a 21 años que no hubieren iniciado relaciones, puede realizarse la toma de muestra para papanicolau con hisopo.
Hay que tener en cuenta que la vacunación no implica el retraso de los controles ginecológicos anuales que siguen siendo la mejor opción de diagnóstico temprano que permite el tratamiento y evita la evolución hacia el cáncer.
En cuanto al tratamiento, si bien hay casos en que la lesión puede desaparecer espontáneamente, en la mayoría se necesita ocuparse de la expresión viral. Para ello, se indican topicaciones con sustancias que cauterizan la zona y no presentan complicación alguna. Otras opciones son la crioterapia -se realiza de una sola vez, sin anestesia, y la regeneración del tejido lleva aproximadamente un mes- y el láser, que se aplica en un quirófano y prácticamente no tiene postoperatorio. La terapia indicada varía según la lesión, la extensión y el acercamiento al canal de la lesión.
Por la doctora Marianela Atencio (MN118574), ginecóloga de Halitus Instituto Médico.