Con una simple visita al urólogo se pueden mejorar los trastornos al orinar y prevenir enfermedades más severas tales como el cáncer de próstata. Diversos especialistas sugieren un control prostático anual en hombres a partir de los 40 años, y a partir de los 35 años en aquellos que tengan antecedentes familiares de cáncer de próstata.
La próstata, una de las principales glándulas sexuales del hombre, se encarga de nutrir a los espermatozoides provenientes de los testículos. Su tamaño se asemeja al de una nuez. Con el pasar de los años, se observa un agrandamiento benigno que se manifiesta en forma lenta y progresiva. Puede obstruir a la uretra y producir diversos síntomas como: la urgencia miccional (sensación de no poder retener la orina); necesidad de orinar con más frecuencia; retardo en el proceso de orinar; chorro de orina débil, muchas veces entrecortado; realizar fuerza abdominal extra para aumentar el flujo de orina; o un goteo de orina posterior a cada micción.
A medida que pasa el tiempo, cuando no se instaura un tratamiento, los síntomas progresan. La vejiga intenta vencer la obstrucción aumentando la presión de vaciamiento. La orina acumulada, que no pudo eliminarse durante la micción, se puede convertir en un factor que predispone a infecciones urinarias y cálculos vesicales.
El chequeo prostático anual consta de varios pasos muy simples, pero de suma importancia en el desarrollo de estos trastornos.
* Realizar una historia clínica junto al médico urólogo. El interrogatorio estará enfocado a la búsqueda de síntomas de obstrucción urinaria.
* Efectuar un exámen de PSA. El antígeno prostático específico, más conocido por sus siglas en inglés (PSA), es una proteína producida por las células prostáticas que se vuelca a la sangre donde se puede medir para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento del cáncer de próstata. Es importante destacar que un PSA aumentado no necesariamente significa presencia de células malignas. El examen del PSA no puede diagnosticar el cáncer; sólo una biopsia prostática puede hacerlo.
* Examinar el recto. El tacto rectal es un procedimiento sencillo de alta efectividad en la detección de enfermedades prostáticas. Nos informa sobre el tamaño, la consistencia, la sensibilidad y presencia de lesiones sospechosas prostáticas.
Los especialistas afirman que se avanzó mucho en la curación de enfermedades prostáticas. El objetivo de un diagnóstico temprano es evitar incovenientes futuros. La mejor manera de prevenir los problemas prostáticos es visitando a su urólogo anualmente a partir de los 40 años.
Por el doctor Andrés Vázquez, urólogo, especialista en andrología. Miembro del departamento de urología de Halitus Instituto Médico.
Fuente: Entremujeres.com