Cáncer de piel: cuidarse y prevenir

Todos los 4 de febrero se conmemora el día contra el cáncer, que tiene como objetivo promocionar diferentes formas de disminuir la carga mundial de esta enfermedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de muerte en todo el mundo, las estadísticas de 2012 indican que causó 8,2 millones de defunciones. Además, prevé que estas muertes sigan aumentando en todo el mundo y alcancen la cifra de 13,1 millones en 2030. En Argentina, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) estimó que en 2012 se produjeron 115.162 casos nuevos de tumores malignos, y en relación al resto del mundo, se encuentra en un nivel medio-alto de incidencia de esta enfermedad.

El cáncer de piel tiene sus propias estadísticas que alarman. La OMS asegura que año a año se diagnostican 132.000 casos de melanoma en el mundo y se producen 66.000 muertes asociadas a este y otros tipo de cáncer de piel. En nuestro país, se creó en 2003 el Registro Argentino de Melanoma Cutáneo (RAMC) con el objetivo de recabar información sobre esta enfermedad a nivel local y así disponer de datos para controlarla.

La exposición solar

Exponerse a la luz solar puede ser muy saludable porque nos ayuda a producir vitamina D que luego colabora con la absorción de calcio y, por lo tanto, con la fortaleza de los huesos. Sin embargo, hacerlo de forma desmedida o sin protección, puede causar daños en la piel, los ojos y el sistema inmunológico.

Además, la exposición desmedida a las radiaciones ultravioleta es carcinógena para el ser humano y puede provocar los principales tipos de cáncer de piel. Estos rayos dañan las células de modo permanente y acumulativo desde que somos pequeños. Por lo tanto, limitar la exposición durante esos primeros tiempos es fundamental para prevenir a futuro.

El cáncer de piel son tumores de naturaleza maligna que se forman en los tejidos de la piel. Existen dos tipos principales: el melanoma, aquel que se genera a partir de las células pigmentarias (melanocitos), y el grupo de cánceres no melanoma, que incluye aquellos originados en la epidermis (carcinoma basocelular y espinocelular) y otros tumores más raros, son los que se desarrollan a partir de otros componentes de la piel (glándulas, células nerviosas, folículo piloso, etcétera). El carcinoma basocelular es considerado el tipo más frecuente de todos los cánceres que puede tener el hombre.

Lo fundamental: la prevención

Muchos cánceres tienen grandes probabilidades de curarse si se detectan tempranamente y se tratan de forma adecuada. El de piel es uno de ellos, por eso es importante concentrarse en las recomendaciones.

.Evitar la exposición solar directa entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

∙ Protegerse con ropa adecuada y sombrero.

∙ Usar protectores solares de amplio espectro (que protejan de las radiaciones UVA y UVB), resistentes al agua, y con un factor de protección solar de 15 o más. En personas de piel muy blanca o ante una exposición solar intensa el mínimo recomendado es de 30.

∙ Los aparatos de bronceado que emiten rayos ultravioleta están clasificados como carcinógenos.

∙ No olvide que el efecto de los rayos ultravioletas es acumulativo.

La consulta periódica al dermatólogo es primordial y su frecuencia recomendada varía según la edad. Un niño que no posee ningún antecedente propio ni familiar, a quien generalmente sólo se le examinan los lunares, debería concurrir al menos una vez cada 4 años. Si en cambio ese niño tuviera algún antecedente, lo recomendable es que se realice la consulta una vez por año. Para los adultos, que ya se han expuesto al sol, si no tiene antecedentes debería consultar una vez por año.

El trabajo en la concientización sobre los factores de riesgo y sobre aquellas acciones que permiten el aumento de la calidad de vida de las personas son la variable diferencial para luchar contra este flagelo.

Equipo Médico – Halituis Dermatología y Estética

Prensa Eikasia