La detección temprana de un cáncer de mama depende fundamentalmente de la realización de estudios periódicos, por lo cual es ésta la principal herramienta de prevención. Los exámenes clínicos y las mamografías son estudios muy útiles para la detección precoz del cáncer, y cuanto más temprano sea el diagnóstico, mayores serán las posibilidades de curación. La mamografía es el método menos invasivo y de menor costo que resulta fundamental en la detección de esta enfermedad ya que permite detectar pequeños tumores y nódulos o tumores pre-cancerosos que pueden evolucionar al cáncer en poco tiempo. Es importante que sea realizada con un equipo adecuado y por un radiólogo mamario e indispensable que sea analizada por un médico especialista.
“Es muy importante la interpretación oportuna de los signos que se encuentran en las mamografías por parte de médicos especializados para determinar el tratamiento más adecuado en cada caso. Diez años atrás se incorporaron nuevas tecnologías que le dieron un nuevo impulso al diagnóstico temprano: las mamotomías o punciones asistidas por vacío, la mamografía digital que cada vez se utiliza con más frecuencia para casos puntuales y la resonancia magnética en casos específicos han marcado una fuerte diferencia. Hoy, la incorporación de estas técnicas para el estudio de la mama aumentan las chances de detección temprana de casos oncológicos y también posibilitan un diagnóstico más preciso permitiendo así una mayor sobrevida de las pacientes”, sostiene el Dr. Román Rostagno, médico radiólogo, Director del centro que lleva su nombre, dedicado al estudio por imágenes de la patología mamaria.
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