Más de 5.000 mujeres mueren por año en la Argentina como consecuencia del cáncer de mama y otras 15.000 lo contraen en ese período. Una mujer de cada ocho que alcance la edad de 85 años habrá desarrollado cáncer de mama a lo largo de su vida; ocho de cada 10 nodulos de la mama no son cánceres. Por eso es fundamental informarse. Los factores de riesgo pueden ser modificables o no modificables. Entre los primeros, figuran:
– Consumir más de una copa de alcohol diaria.
– Sufrir de sobrepeso.
– Concebir el primer hijo después de los 30 años o no tener hijos después de esa edad.
– Usar terapia de reemplazo hormonal por más de 5 años.
– Estrés.
– Sedentarismo.
Los factores de riesgo no modificables son:
– Ser mayor de 40 años.
– Presentar antecedentes personales de cáncer de mama u ovario o antecedentes familiares de cáncer de mama.
– Mutaciones genéticas.
– Haber tenido una menarca precoz (primera menstruación antes de los 12 años) o una menopausia tardía (después de
los 55 años).
– Tener una biopsia previa que muestre hiperplasia atípica o carcinoma in situ.
MEDIDAS. Es importante que toda mujer realice:
– Un autoexamen mamario mensual una vez finalizado el período menstrual y, a partir de la menopausia, cualquier día del mes que elija hacerlo, siempre el mismo.
– Un examen médico cada 2 o 3 años si la mujer tiene entre 20 y 35
años, y anual o semestral si es luego de los 35 años. – Una mamografía cada dos años entre los 35 años y hasta los 40 años. Luego deberá repetirla una vez cada año.
Cabe destacar que La enfermedad mamaria no es privativa de la mujer, ya que el varón, aunque con menor frecuencia, también puede sufrirla y requiere su atención y tratamiento adecuado.
CONOCIMIENTO. Actualmente, avanza el concepto de la medicina personalizada y los investigadores analizan todos sus beneficios. Estiman que brindará un mayor conocimiento acerca de los mecanismos involucrados en el origen, la progresión y las diversas respuestas terapéuticas a cada enfermedad. En tal sentido, Halitus Instituto Médico desarrolló un test de marcadores, avalados por la Sociedad Americana de Oncología Clínica, que tiene dos valores fundamentales: un valor predictivo, porque permite conocer la posibilidad de respuesta de un paciente a una determinada terapéutica; y un valor como pronóstico, porque es posible conocer si la evolución de ese tumor será de mayor gravedad, si tendrá más probabilidades de metástasis.
El test permite discriminar de un 20 a un 30% de los casos de cáncer de mama que presentarán una alteración genética que empeorará el pronóstico y, una vez detectados, permitirá elegir una terapéutica más personalizada y a la vez reducir los efectos adversos.
Más información: www.halitus.com.