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Por: ElArgentino.com | 29/11/09

Argentina, paraíso fértil: vienen de vacaciones y se van embarazadas


Las restricciones legales en algunas partes del mundo, los precios bajos y la oferta de paisajes hicieron que el turismo reproductivo se convirtiera en una oferta cada vez más elegida por los extranjeros. El combo “viaje + tratamiento” aumentó hasta un 50 % en el país.

Si una mujer vive en Italia y está dispuesta a realizarse un tratamiento de ovodonación está más cerca de consultar en centros de reproducción en la Argentina que en su propio país. Las restricciones legales en algunas partes del mundo, los precios bajos y la oferta de paisajes hicieron que el turismo reproductivo se convirtiera en una oferta cada vez más elegida por los extranjeros. Este año, la alternativa de fertilización y viaje aumentó en el país entre un 30 y 50 por ciento, respecto al 2008. Las visitantes más asiduas son de Italia, Canadá, Ecuador, Perú y Chile.
Ante la demora de la búsqueda de un hijo, en los últimos años, crecieron las consultas internacionales de mujeres que dejan su país en busca de un tratamiento de menores costos o incluso menos restringidos por la ley. ¿Qué las trae por estos pagos? Fertilización in vitro, diagnóstico genético pre implantacional y la vedette del año: la ovodonación.
Entre los lugares más elegidos por las turistas aparecen Mar del Plata, la Patagonia, las Cataratas y destinos cortos como el delta del Tigre. El miniturismo rural (en estancias bonaerenses) también es uno de los preferidos.
«La ovodonación es la técnica que más están demandando las mujeres extranjeras por la tendencia a la maternidad tardía y porque no se realiza en todos los países», explicó a Diagonales Sergio Pasqualini, director de Halitus Instituto Médico, donde aumentó en un 50% el turismo reproductivo respecto al año pasado.
La ovodonación es una técnica relativamente nueva, aparecida a mediados de la década del `80 como una variante de la fertilización in vitro. Se realiza cuando la mujer carece de óvulos, la cantidad o calidad de los óvulos es mala o en caso de ser portadora de enfermedades genéticas que puedan ser transmitidas a la descendencia (ver aparte).

TODO PREPARADO. Algunos centros de reproducción se asocian a un operador de turismo, que tiene paquetes armados, con visitas a sitios de Buenos Aires y a otras ciudades del país. Todo se dispone para comodidad del paciente-turista: se adecuan las visitas médicas a los horarios disponibles de los extranjeros y se programan los tratamientos según sus agendas.
Tanto han crecido en el país los tratamientos de fertilidad en pacientes extranjeras, que en Halitus ya están proyectando ingresar a grupos de agencias de turismo internacional. Y, además, comenzaron a implementar el sistema de Historia Clínica Virtual, que le permite a las parejas de otros países adelantar las primeras consultas on line y al momento de realizar el viaje se concreta el tratamiento.
También en esa búsqueda de seducir turistas, el portal del Centro Especializado en Reproducción (CER) invita a los extranjeros a recorrer los alrededores de la clínica por considerarlos «propicios para relajarse y sorprenderse con bares modernos y restaurantes de alto nivel». Incluso, advierte de asesoramiento rabínico y bioético para garantizar que las prácticas «se ajusten a las necesidades y requerimientos de cada pareja».
«En nuestra estadística institucional los tratamientos a pacientes extranjeros ocupan aproximadamente el 10% de los pacientes atendidos. En lo que va de 2009, los tratamientos realizados a pacientes extranjeros corresponden a un 30% más de casos que en 2008», contó a este diario la vicedirectora del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGYR), Susana Kopelman.
Los lugares de mayor presencia son Chile, Perú, Ecuador, Venezuela y Uruguay, en Latinoamérica. De América del Norte, Canadá y Estados Unidos y de Europa, España e Italia.
«La mayoría se acerca por tratamientos de alta complejidad (fertilización in vitro) y sobre todo ovodonación. Los resultados ofrecidos por nuestro centro son altamente competitivos con los de los países de punta en el tema y por supuesto que a costos mucho más bajos y es por eso que seduce a los extranjeros», aclaró Kopelman.

Acá se puede. Calidad médica es una de las cartas de presentación de los centros argentinos que ofrecen esta alternativa. Sin embargo, sus autoridades reconocen que el vacío legal que hay en el país fomenta aún más el viaje del extranjero.
«El surgimiento de diferentes leyes más o menos restrictivas, especialmente en países europeos, lleva a los pacientes a buscar tratamientos en Estados Unidos o en nuestro país. Y esto se ve reflejado en el aumento de nuestros pacientes internacionales, atraídos por los menores costos pero, sin dudas, por las menores restricciones», dijo Pasqualini.
En otros países, como Italia, la ley es muy restrictiva. En febrero de 2004, el Senado italiano aprobó la Ley 40/2004 de reproducción asistida. Su concepto es fácil de resumir: todo prohibido. No al uso de gametos de donante (óvulos o espermatozoides), no al útero portador, no a la criopreservación de embriones y se restringe el acceso a fertilización asistida sólo a parejas heterosexuales estables. Es decir, mujeres solteras no pueden acceder a métodos de fertilización asistida.
Tampoco en países como Italia hay posibilidades de investigación clínica sobre embriones. La criopreservación se admite sólo en caso de que la salud de la mujer se vea comprometida al momento de la implantación. Respecto del consentimiento informado, no hay posibilidad de revocarlo una vez llevada a cabo la fecundación del ovocito.
En la Argentina, en cambio, hay un vacío legal en estos temas. «No existe aún una ley que regule la reproducción asistida y, cada vez más, estamos seguros de que es indispensable que la ley no sea prohibitiva y limitante sino regulatoria, sin restar posibilidades a los pacientes», aclaró Pasquialini. La ovodonación es una de las técnicas más cuestionadas desde los sectores de bioética por incluirse en lo que se conoce como «madres prestadas».