“Aunque es un método que tiene algunas ventajas: tiene pocos efectos secundarios, no interfiere en el acto sexual, sólo requiere reposición cada 3 a 5 años en el caso del de cobre y 5 años aquel que posee hormona, y, luego de quitarlo, las mujeres, en general, no tienen mayores dificultades para lograr el embarazo, generalmente, los médicos intentamos recomendar algún otro método anticonceptivo a aquellas mujeres que aún no han tenido hijos. Simplemente porque se intenta evitar colocar un dispositivo intrauterino de cualquier tipo en mujeres que no han sido madres aún porque hay mayor cantidad de casos de rechazo que en casos de mujeres que ya han sido madres. Hay quienes creen que puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica. De todas formas, es el médico quien debe evaluar teniendo en cuenta la historia clínica y los deseos particulares de esa mujer porque, si bien es poco probable que se salga o se expulse, el rechazo puede generar una infección que podría afectar la fertilidad futura de esa mujer”, explica el Dr. Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico.
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