Entrevista al Dr. R. Sergio Pasqualini (MN 39.914)
Médico ginecólogo, Director de Halitus Instituto Médico
El primer dispositivo intrauterino (DIU) específicamente anticonceptivo era un anillo de tripa de seda de gusano fabricado en 1909 por el doctor Richter y en 1931, Gräefenber notificó el uso de una estructura también de tripa de gusano de seda forrada de plata alemana. El dispositivo intrauterino, el primero que apareció como lo conocemos, fue inventado por el Margulies en los años ’60, tiene forma de herradura, funciona cambiando el ambiente del canal intrauterino y actualmente posee dos tamaños: uno para mujeres que han sido madres y otro para aquellas que no lo fueron. Zipper en Chile fabrica luego un anillo con tanza de nylon, haciendo más sencillos los procedimientos y más tarde tomaría un DIU con forma de “T” y le agregaría cobre. Dos años después, Lippes le proveyó una tanza de nylon que se exteriorizaba por el cuello uterino para facilitar su extracción. Actualmente, el mercado cuenta además con otro DIU que tiene forma de T rodeada por un cilindro que libera una hormona llamada Levonorgestrel- a dosis muy bajas, sólo dentro de la cavidad uterina y se presenta en un único tamaño. Su mecanismo de acción depende principalmente de la acción directa del progestágeno sobre el endometrio, provee un efecto local a lo largo de varios años y la función ovárica se ve muy poco afectada tras el uso prolongado.
Si bien es un método que puede ser utilizado por cualquier mujer, en la actualidad no son pocos los estudios que refieren que no es recomendable su colocación en mujeres que no han tenido hijos. Si se coloca en una mujer que tuvo un bebé, se espera hasta 6 semanas luego del momento del parto.
Qué tener en cuenta
“Aunque es un método que tiene algunas ventajas: tiene pocos efectos secundarios, no interfiere en el acto sexual, sólo requiere reposición cada 3 a 5 años en el caso del de cobre y 5 años aquel que posee hormona, y, luego de quitarlo, las mujeres, en general, no tienen mayores dificultades para lograr el embarazo, generalmente, los médicos intentamos recomendar algún otro método anticonceptivo a aquellas mujeres que aún no han tenido hijos. Simplemente porque se intenta evitar colocar un dispositivo intrauterino de cualquier tipo en mujeres que no han sido madres aún porque hay mayor cantidad de casos de rechazo que en casos de mujeres que ya han sido madres. Hay quienes creen que puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedad inflamatoria pélvica. De todas formas, es el médico quien debe evaluar teniendo en cuenta la historia clínica y los deseos particulares de esa mujer porque, si bien es poco probable que se salga o se expulse, el rechazo puede generar una infección que podría afectar la fertilidad futura de esa mujer”, explica el Dr. Pasqualini, Director de Halitus Instituto Médico.
“Además, es importante tener en cuenta que puede producir menstruaciones más abundantes y dolorosas en el caso del DIU de cobre, o sumamente breves hasta llegar a la amenorrea, en el caso del DIU con progesterona. En todos los casos, luego de la colocación se recomienda realizar un examen pélvico y suele recurrirse a un control ecográfico para constatar que ha sido ubicado correctamente y es fundamental respetar los tiempos de efectividad de los dispositivos porque disminuyen su efectividad con el paso del tiempo ”, agrega el médico.
Este dispositivo suele ser muy utilizado luego del parto o incluso cuando la pareja decide no tener más hijos. Su ventaja adicional para mujeres en esta etapa es que no interfiere con la lactancia materna. “El momento de la inserción, el asesoramiento médico y la planificación son factores fundamentales para el uso del DIU durante el período de postparto. El momento de la inserción reviste importancia porque tiene relación directa con las probabilidades de expulsión y de perforación. Pero además, es imprescindible el asesoramiento prenatal adecuado e informar a la mujer de las distintas opciones para que pueda elegir el método anticonceptivo más adecuado para ella”, dice el especialista.
Dispositivos intravaginales
Los dispositivos intravaginales son todos aquellos que funcionan al ser colocados dentro de la vagina. El más conocido es el diafragma, pero no es el único. “El diafragma es un capuchón de látex o silicona que se inserta en la vagina, cubre le cuello del útero y parte vaginal bloqueando la entrada de espermatozoides. No es hormonal pero requiere ser lavado luego de su uso y recordar colocarlo al menos una hora antes de tener relaciones sexuales, lo que implica cierta planificación previa, y retirarlo 8 horas después. Y es fundamental que esté colocado correctamente. Por todo esto y porque cada vez hay nuevas opciones es que este método cae cada vez más en desuso”, expresa Pasqualini.
Y continúa: “El preservativo, tanto el masculino como el femenino, tiene una importancia extra porque protegen contra enfermedades de transmisión sexual. Pero, si bien el preservativo masculino es utilizado por más del 50% de las parejas que utilizan algún tipo de método anticonceptivo, el preservativo femenino no está entre los métodos anticonceptivos más elegidos por las mujeres y es que tiene un costo bastante alto, no es estético, es dificultoso de colocar correctamente y el material hace ruido, e inicialmente, se realizaba en un material poco tolerado por las mujeres generando ciertas reacciones alérgicas. Suele ser más utilizado en casos extremos o incluso por mujeres que ejercen la prostitución cuando el cliente se niega a utilizar el preservativo masculino pero no tiene un uso masivo. Luego, se cambió por un material más flexible. El preservativo femenino, existente hace más de una década, se introduce en la vagina y cumple un mecanismo de barrera que evita los embarazos y el contagio de enfermedades de transmisión sexual. Cubre completamente la cavidad vaginal, la parte externa, la vulva, parte del pubis y la zona anal también quedan cubiertas. Pero no es muy conocido ni muy utilizado, ya que su uso puede resultar más complejo para la pareja que el uso del profiláctico masculino. Uno y otro tienen alta efectividad pero deben ser colocados correctamente y ser utilizados desde el comienzo de cada relación para que sea efectivo”.
Los implantes anticonceptivos funcionan como un método hormonal, tienen el tamaño de un fósforo y se insertan debajo de la piel del brazo. “Liberan una dosis de progesterona o de etonogestrel –según la marca- que funciona evitando la ovulación al generar cambios en el moco cervical y en el endometrio. Su ventaja principal es que tiene una efectividad de 3 años, por lo cual, la mujer no debe preocuparse por un embarazo en ese lapso de tiempo, tiene una efectividad de más del 99% y es fácilmente reversible con sólo quitar el implante. También puede, en algunas mujeres, reducir los dolores menstruales. Otro beneficio es que no contiene estrógenos, lo que permite utilizarlo en el período de lactancia o en aquellas mujeres que tienen contraindicaciones médicas respecto de su uso.
Por último es importante mencionar, aunque no es ampliamente utilizado, el anillo vaginal. Consiste en un anillo de plástico flexible que debe ubicarse en la parte superior de la vagina y cambiarse en el plazo de tres semanas, luego en el plazo de los 7 días siguientes se presentará el período y la mujer deberá colocarse uno nuevo. Funciona aumentando el nivel de estrógeno y progestina en el cuerpo durante tres semanas y así, afecta la ovulación y genera cambios en la mucosa del cuello uterino y el grosor del endometrio. Además de evitar el embarazo con un 99% de efectividad, disminuye el riesgo de cáncer de ovarios, de cáncer de endometrio y enfermedad pélvica inflamatoria; disminuye los dolores menstruales y también provoca que las menstruaciones sean menos abundantes y más regulares. Sin embargo, no es recomendable si la mujer está dando de mamar, si fuma o si sufre de obesidad, si ha tenido problemas cardiovasculares o severa hipertensión arterial entre otras condiciones. En todos los casos se requiere la consulta médica para conocer los antecedentes y la historia clínica y los deseos de esa mujer para decidir cuál es el método más adecuado en cada caso.”, especifica el Dr. Pasqualini.
Fuente: guiamamis.com.ar