Las mujeres que le dan de amamantar a sus hijos durante los dos primeros años tienen un 40 por ciento menos de riesgo de contraer un cáncer de mama, reveló hoy un informe del Programa de Prevención del Cáncer Génito-Mamario (PROGEMA), del ministerio de Salud bonaerense.
Elvira Guidi, directora del PROGEMA, destacó que «amamantar es un factor central de prevención y se estima que las mujeres que dan de amamantar logran reducir en un 40% los riesgos de contraer cáncer de mama».
Cada año se diagnostican en el país entre 12 y 15 mil casos de cáncer de mama y los datos del ministerio Salud bonaerense señalan que, en la provincia, aparecen 5.800 nuevos casos anuales.
El cáncer de mama es un tumor maligno que se origina a partir de las células de la mama y todas las mujeres pueden desarrollar esta enfermedad.
Por esa razón, los especialistas recomiendan que las mujeres, en especial a partir de los 40 años, se realicen una mamografía, lo que permite detectar los tumores que por estar poco desarrollados no pueden ser advertidos al tacto. Guidi destacó que «la detección de esos tumores tan pequeños puede favorecer su extirpación y curación total, salvando la vida del paciente».
«Todas las mujeres con más de 40 años tienen que realizarse la mamografía -insistió- y deben perder el miedo a hacerse los estudios por temor a una extirpación de la mama, porque eso no es así, se puede detectar a tiempo y evitar complicaciones».
La funcionaria reiteró que «amamantar es una forma de prevención natural, ya que la utilización de la glándula mamaria reduce el riesgo de contraer cáncer de mama en un 40%».
En la provincia de Buenos Aires mueren 40 mujeres por cada 1.000 afectadas por cáncer de mama, por lo que para reforzar la prevención de la enfermedad, el PROGEMA entregó en los últimos dos años 33 mamógrafos a hospitales provinciales y 11 a hospitales municipales.
El organismo también suministró insumos para el control de 100 mil mujeres y 12 disparadores para toma de biopsias con lesiones palpables de mama.
Las mamografías están destinadas específicamente a mujeres de más de 40 años, clínicamente sanas, aunque se la recomienda a toda mujer mayor de 30 que tenga en su familia personas que padecieron cáncer de mama.
En este último caso, si el resultado del estudio es bueno, la mujer tendrá que realizarse otra mamografía sólo cuando cumpla los 40 años.
A partir de la cuarta década de vida, la frecuencia de ese estudio debe ser de dos años y, a partir de los 50, en forma anual.
En otro orden, el instituto Halitus presentó un test de marcadores avalado por la Sociedad Americana de Oncología Clínica, que permite discriminar un 20 al 30% de los casos de cáncer de mama que presentarán una alteración genética que empeorará el pronóstico.